Lo último

Archivo PDF

La historia del chico-chica


Salí a pasear por Medellín, precisamente estaba en la Alpujarra, que es la plaza principal, al lado de la Plaza Mayor de la ciudad. Serían las 12 del mediodía aproximadamente de un día de semana.
Al cabo de unos minutos, me encuentro con alguien que, aparentemente, me estaba mirando de antes. Digo esto  porque me dijo que yo le había llamado  la atención, aunque nunca dijo por qué.

Enseguida me preguntó por mi nombre y de donde era. Me dijo que estaba viviendo en un lugar donde ayudan a chicos de la calle y que le dan a la comida también. Entonces me preguntó si quería ir con él. Le dije que tenía lugar donde estar. Insistió en que podía ir y enseguida me pregunta si quiero ser su novia.  Le digo: ¡"Claro que no"! y encima me pregunta por qué. Me volvió a preguntar otra vez en unas cuadras más y ya me volvía para perderlo de vista pero al final continué viaje y le dije que no insistiera, que no iba a lograr nada con eso y que me estaba cansando. Se relajó y no dijo nada más.

Noté en esta persona una actitud y una personalidad rara ( aunque ustedes preguntarán por qué, más adelante verán) desde el principio, pero eso no impedía dejar de conversar. Mi curiosidad siempre supera cualquier percance o extrañeza.

Al cabo de unos minutos decido avisarle al couch ( a la persona que me hospedaba) que iba a llegar más  tarde. Quería indagar más sobre el personaje en cuestión . Voy  a la biblioteca para enviar un mensaje y me dice que no había nadie más en la casa a la que pudiera dejarle las llaves.Entonces decido ir.

 Esta persona, su inicial empieza con M, me había comentado antes su nombre y dado su mail. Cuando lo busqué en facebook para saber un poco más, no era quien dijo ser. No sólo eso sino que era de otro país totalmente diferente.

Como era evidente la mentira, y enseguida se lo hice notar, me dijo otra mentira, que, por supuesto, no creí. Después de ahí fui al baño. Cuando salí ya no estaba. Había huido tal cual rata.

Pero eso no es todo. En realidad creo que todo su ser es mentira. No tengo nada, en absoluto, en contra de los gays, lesbianas, transexuales o bisexuales. Cada uno elige su vida y, siempre que no moleste al prójimo, me parece bien. M, que es la inicial de su falso nombre, resultó ser una chica.

Como dije, cada uno es libre de hacer lo que le parezca.  Pero lo peor que podemos hacer es mentirnos a nosotros mismos.






Cómo viajar gratis o casi gratis en un tren Eurostar


Hacía frío. Mucho frío. Era el invierno europeo y estaba todo rodeado de nieve. El termómetro marcaba -10 grados y yo estaba congelada. El pueblo estaba en el límite entre Francia e Italia y en medio de la montaña. Estaba acompañada pero ya me quería ir. Entre otras cosas, no aguantaba más el frío.

Eran las 10 u 11 de la mañana, aunque no recuerdo bien, y estaba por pasar el tren que iba hasta París. No había manera ni quería perdérmelo. Al cabo de unos minutos de llegar, voy a consultar con la empleada de la boletería y la comunicación se tornó muy complicada hasta el punto de no entendernos. Ella no hablaba inglés ni yo francés. Enseguida voy a mirar algún cartel o letrero para consultar el horario del próximo tren pero no había nada, o al menos no entendí nada similar.
Pregunto, pregunto y nadie habla, o quiere hablar, inglés. Fue ahí cuando de repente escucho el sonido de un tren a lo lejos. De algún u otro modo me hago entender con la empleada y me dice que es el que va a París pero no hay lugar.

Mi cara se transformó pero igual estaba decidida a viajar. Estaba con mi equipaje y una bolsa de provisiones que había comprado en el supermercado....


El tren llegó y yo no dudaba. Tenía que subir o de otra manera me pasaría otra noche fría, aburrida y disgustada. No musité y me subí. Dos bolsas grandes y repletas del supermercado me pesaban. Pero no fue obstáculo para escalar el escalón.

Enseguida me encontré con el guarda que me miró entre sorprendido e indignado ( no sé por qué).  Era  un muchacho de unos veinti pocos.No hablaba inglés. Y yo nada de francés. Había una chica  que vio la escena y se ofreció para ser traductora. Su francés no era el mejor pero colaboró, poco, en la comunicación.

Me preguntó si tenía el pasaje. Le dije, obviamente, que no. Me dijo enseguida que no había lugar y le propuse ir en el suelo. Me respondió con una negativa y le dije que me hiciera algún lugar, como si lo fuera a inventar, en alguna parte del tren. Me volvió a decir que no pero está vez tardó un poco más y después se fué a fijar. Cuando volvió me dijo que tenía un camarote ( una habitación con camas, varias) y que costaba 120 euros.

Al principio me puse contenta pero cuando pensé en el precio se me pasó enseguida. Le dije que me hiciera un descuento.  Alegó que no pero fue a consultar con su jefe y ratificó la negación. Me fijo en la billetera y no llegaba ni por casualidad a cubrir el costo del pasaje. Entonces acudí a la tarjeta. Pasó la misma por el posnet, y no tenía papel. Trajo papel. La pasó nuevamente y no funcionaba. Le dije que intente nuevamente que tenía que andar. Insistió pero no pasó nada. Me pregunta cuánto efectivo llevaba, miro y le dije: "12 euros". La cara que puso lo delató. Era el 10 % del precio del billete.

Me dijo que era muy poco,merodeó, fue, vino, fue y volvió.Finalmente me dijo que "su jefe lo  iba a matar" pero que me lo dejaba a ese precio. Le agradecí mucho y me acompañó al camarote. Estaba oscuro pero alcancé a distinguir a trasluz que había unas seis camas colocadas como cuchetas.

Me acomodé y me dispuse a dormir pero los ronquidos me lo impedían. Me coloqué los auriculares y me dije que eso tenía que funcionar. No pudo dormir por unas horas pero al rato el sueño me pudo. Me desperté en París. Hacía frío y estaba nublado pero yo estaba contenta y radiante de haber podido viajar durmiendo y por 10 veces menos de lo que costaba el pasaje.








Entrevista a



Puyo, Ecuador



 Música en la playa...


 

Panamá city



Mono aullador

Mérida, Venezuela

Entrevista a María, de la asociación Nuevo Horizonte.



Santa Elena, Guatemala



Fotos


¿ Te gustó alguna en particular y querés comprarla?, ¿ Necesitás alguna foto de algún lugar?
Por cualquiera de estas opciones te podés comunicar conmigo mediante el formulario o por mail.
Todas son de mi autoría, así que no está permitida su descarga. Si alguna te gustó, me la podés pedir y con gusto te la enviaré.
Está  prohibida la venta o copia de alguna de las fotos. Si querés,  compartila dando el crédito correspondiente. No plagies, no copies. Respetá la autoría, el tiempo y la dedicación de la autora.

Acá vas a poder ver paisajes. Pero también te recomiendo ver otras sesiones:

Naturaleza


Lago
Copacabana, Bolivia

Hoysies
Ruta colombiana
Tena, Ecuador
Atardecer en algún lugar del mundo.


Otro atardecer en algún lugar del mundo.

Naturaleza
Atardecer en Taganga

Mérida, Venezuela.
  Mérida

Panamá
Playa Uverito, Panamá
                                                   


Guarda, que es peligroso...



Como tantas otras veces me han dicho, en esta oportunidad tampoco faltó la advertencia sobre el cuidado que tengo que tener al andar sola y ni hablar al hacer dedo, también sola.

En esta oportunidad, en Colombia. ¿ Y por qué hago dedo? Por varias razones. En principio, y creo que lo más importante, porque el pasaje en este país es caro, muy caro. Uno de los más caros que me ha tocado ver, y pagar, hasta ahora.

En segundo lugar, porque me gusta contactar y hablar con la gente del lugar,realizarles entrevistas o saber acerca de su historia, aunque ya estoy cansada también de que me hagan la típica y tortuosa pregunta: "¿ Y cómo así solita, no tiene miedo?" y a esa inmediatamente le sigue otra: "¿Y no tiene marido o hijos"? Bueno, las respuestas, obviamente, siempre son las mismas: "No tengo miedo, ¿cuál es el problema de viajar sola? y no tengo marido ni hijos, sino no estaría acá, ¿no?.

Ante estas respuestas,  una parte de la gente se queda en silencio. No sé si es porque no saben qué decir o quedan anonadados. La otra parte  dice: " Que valiente".

Sin ir más lejos, el domingo salí de la casa del couch ( gente que hospeda gratis) de Manizales a las 9 de la mañana, luego de una resaca, que en otro post contaré, y estaba en la rotonda o glorieta, como le llaman acá, 15 minutos después. Esperé un rato, alrededor de 20 minutos, y un tipo me levantó. Por lo que después hablamos creo que tendría 42 años. Llevaba anteojos de sol y se hacía el "cordial", por decirlo de una manera suave, aunque realmente era un baboso.

" Me encanta el acento argentino", fue lo primero que respondió después de preguntarme de donde era. "Me gusta como hablás", siguió. Ya a esa altura me estaba molestando un poco sus palabras, pero más me  molestaba el dolor de cabeza y mareo que tenía como consecuencia del camino de curvas y la altura, y también, claro, de la resaca.  El viaje siguió un par de horas más hasta Honda, un pueblo donde el tipo me dejó porque se iba para su casa.

Después de estar unos minutos  sin que nadie parara, me voy  donde estaban unas chicas que hacían encuestas a la gente. Les comento que estoy haciendo dedo y me dicen que iban a ayudar.

Al ratito aparecen dos tipos, uno más grande, de unos 50 años, y otro de unos 24. El mayor, aunque medio embriagado, me dice que me lleva.  Es en ese momento donde pongo en juego la intuición, la confianza y la decisión. La confianza, aunque no se si está bien, siempre gana y fue así que a los diez minutos estaba sentada comiendo junto a cuatro desconocidos que lo único que hacían eran bromas sobre Argentina y Messi.

Terminamos de comer, me pagaron el almuerzo, y salimos. Yo iba sentada en el asiento de atrás de un camión, que pertenecía a  una empresa de sonidos, con doble cabina, junto a dos más. El que estaba medio borracho, y me torturó todo el camino con malos chistes, el humo del cigarrillo y bromas poco agradables, y el otro más joven.  En la parte de adelante iba el conductor y otro, que me miraba raro y no me gustaba, que no servía como copiloto porque durmió todo el viaje.

Después de ahí siguió un atasco horrible donde estuvimos varados más de una hora. La cuestión fue que había volcado un camión con pollos y eso hizo que el tráfico se detuviera por un laaargo tiempo.

Colmada mi paciencia, me decido a no quejarme más porque el cincuentón ya me estaba molestando también porque rezongaba. Entonces para no pelear no me quejé...por un rato.

Después de varias horas, llegamos  Bogotá, alrededor de las 20 hs. Tráfico, caos, caos y más caos fue lo primero que noté de la capital colombiana. Luego de que me intentaron dejar en una avenida gigante al azar, se les remordió la conciencia y me llevaron más cerca. Uno de ellos preguntó a un taxista por el valor del viaje hasta el lugar donde iba y le dije que pareció caro. El tipo me quería dar 5000 pesos pero no acepté.

Les dije que me iba en colectivo y asi fué. Ellos ya se habían ido. Me tomé un colectivo, y ya para todo esto estaba super cansada, con sueño, hambre y renegando. El bus me dejó a unas 7 cuadras de la casa donde iba. En medio del camino me encuentro una pelea callejera donde intervino la policía. Al cabo de unos minutos prosigo mi paso y llego a destino.









¿¡Viva la diferencia!?



Llevo bastante sin escribir pero ahora voy a ponerme más firme. En realidad, tampoco es cuestión de que quiera o no o si tengo voluntad o no. Tengo. El problema es que siempre hay algo que ver o algo que hacer o no hay lugar apropiado o tiempo para hacerlo. Básicamente es eso y no es un detalle menor, para nada.

Pero ahora que estoy con todas las pilas puestas, me gustaría contar algunas  palabras, vocablos o frases colombianas que me  han llamado la atención, y aún  me sigue sucediendo.

“ Hágale” es una palabra muy utilizada que la emplean para significar algo que puede hacer. Por ejemplo, si pregunto en cualquier lugar si puedo ir al baño, alguien tranquilamente puede usar este vocablo autorizándote a pasar.

 “Con gusto” es muy similar al " de nada " nuestro. Cuando decís "gracias" normalmente, aunque no siempre, claro, te pueden responder esa frase.

Cuando querés comprar algo o simplemente estás mirando en una tienda de ropa, alguien te puede decir  “A la orden”, es decir "¿la puedo ayudar en algo?"

“Esta frase, "Que chimba”, es usada pero no en todas las regiones, creo haberla escuchado en Manizales, Bogotá y Medellín y significa que algo es lindo o copado.

 “ Coja un bus” creo que es la más que escuché en los últimos 90 días... está es más clara, y, por supuesto, significa que en lugar de ir caminando a determinado lugar es mejor que agarres un colectivo. Básicamente.

La gente es un tanto, como decirlo, abierta o a veces pasa por simpática, aunque no siempre. Sobre todos los hombres, aunque muchas veces pienso que son un poco babosos, pueden decir: “ Preciosa”, " Mi vida", "Mi amor", "Amorcito", cuando le preguntás  cualquier cosa.



Hablar el mismo idioma no siempre es entendimiento

Cosas que no me gustan de Colombia



Otro día mencionaré las que sí, pero hoy tengo en mente muchas cosas que no me gustan de este país. Como en todo lugar, hay muchas que te gustan y otras que no. Hoy, hace un rato, venía pensando en lo  que  me desagrada de Colombia. Si bien estoy en Medellín, y dicen que es la ciudad más organizada a nivel transporte del país, sigue habiendo mucho caos.

Entonces, como decía, si pienso en lo que más me molesta, en primer lugar, está el caos, pero no sólo en el transporte, sino, principalmente, en la enumeración de las casas. ¡ Es muy pero muy caótica ! Ayer estuve más de media hora para poder localizar un lugar  del que  estaba a menos de 50 metros ! Es increible pero me saca de quicio, trato de controlarme pero no, porque además de ser muy enquilombado el orden de las calles, ¡la gente no sabe donde se encuentra! creo que esto es lo que más me molesta.
- "Vaya pa´bajo mija y allá pregunta, pero no como perderse, sino coja un bus". Esta respuesta también me saca de quicio.

Bueno, había dicho el transporte pero no aclaré por qué. Básicamente es porque no te respetan en absoluto. Es decir, tiene prioridad siempre el automóvil, camión, camioneta, bus, colectivo, bicicleta o carro, como llaman acá a casi todo vehículo que tenga 4 ruedas, antes que el peón. Prácticamente quienes caminamos somos invisibles, no nos perciben, o si lo hacen, disimulan muy bien.

No hay que olvidar, y otro item fundamental, a la comida. Es realmente muy fea. Mejor dicha, sosa, insípida, sin sabor, o como lo quieran llamar. Si, hoy estoy criticona, pero es así. Es muy mala la comida colombiana. La arepa es una de las cosas que menos me gustan. ¡No tiene sabor a nada!

!La tarifa del transporte es carísima! Más allá de que la mencione en este orden o después de otras, no significa que me importe o me moleste menos. NO, para nada. Odio tener que pagar un bus porque es muy costoso y el servicio no es tan bueno. Te hacen esperar siempre porque nunca salen en el horario que dicen; levantan gente de la calle y no sabés quien puede subir; algunos no tienen baño; no te dan recibo cuando comprás el boleto arriba del bus; no tiene agua ni café; ponen la música muy fuerte sin preguntarte, claro, generalmente es salsa, regaetton, bachata o algo de eso. ¿Sigo? ¿ O queda claro que no me gusta?

Hablando de transporte, las carreteras o rutas están en la lista negativa también. Muchas están rotas o las están arreglando y siempre tenés que esperar muuucho tiempo. Sin ir más lejos, el otro día, que venía en un camión a dedo, ¡estuve esperando más de una hora y media! Y ya estaba desesperada, como no podía ser de otra manera. La mayoría de las veces hay una persona en el medio de la ruta que sostiene un cartel que dice: "SIGA", ese es el bueno, o "PARE", hay sonamos porque podés parar más de una hora, como me pasó.

La informalidad es otro item a tener en cuenta si vienen para estos lares.  Esta semana estuve esperando a una persona que me dijo que iba a estar a las 15 hs en la puerta de la Universidad. Estuve allá desde esa hora, esperé, esperé hasta que eran las 15: 45 hs y me cansé. Le avisé al de seguridad que iba a estar en la biblioteca por si el "fulanito" venía pero nada, nunca llegó. Perdí mi tiempo en vano. Después manda un mail diciendo " que me estuvo buscando sin suerte".  Claro, seguro.

No hay que olvidarse del agua fría para ducharse. Uf, esto si que jode, o al menos a mí. Es muy incómodo tener que ponerse de costado para que no te toque el agua helada la espalda. Yo me pregunto cómo hace la gente de acá para bañarse sin problemas. Un misterio.

¿ Por qué no usan espejos en los baños? ¿ Será que no les gusta su imagen o que no importa? Mmm..no creo que sea así, con lo que se maquillan y pintan las mujeres. En fin, otra de las cuestiones indescifrables que no pienso descifrar.

Podría seguir escribiendo pero esas son las cosas que mas me desagradnn o disgustan. Otro día escribiré las que sí suman o me gustan, aunque no muchas.








Un poco de todo



Fruta: GUAMA -¿Y para que es buena esta fruta? -Ahh....nooo mami, pa´comérsela y pa´chuparla. No me quedó muy en claro para que servía pero lo que sí me quedó claro es que no está buena.


Parecen chauchas, pero no lo son.


No todo es color de rosa



Siempre voy a elegir y me va a encantar viajar. Es más, es una de las cosas que más me gustan, junto con escribir, ver pelis, jugar al fútbol ( si, me gusta ¿y qué?), entre otras. Pero viajar es más que eso. Es mucho más. Es algo que te llena permanentemente sin necesidad de hacer otra cosa a la vez, aunque se puede escribir al mismo tiempo y no molesta, claro está.

Peero como en todo, NO todo es color de rosa. Una de las cosas que odio es andar con las mochilas de un lado para otro y suuper pesadas. Claro, esto es parte inherente del viaje, desde ya, pero que cansador que es.

Otra cosa que está totalmente ligada a esto es que cuando hacés viajes largos terminás super cansada, con hambre, con sueño, sin ducharte, con mal carácter, con pocas ganas de que te hablen, con ganas de no ver a nadie, con...¡sigo?

Hoy, sin ir más lejos, fue un caso de estos. Salí de Cali, del lugar donde me hospedaban, a las 9 y 30 horas aproximadamente. Paré 20 minutos o menos a tomar un café y unas empandas, que por cierto estaban muy feas y eran pequeñas, y seguí hasta la parada del MIO, que es el bus interno de acá. Cuesta 1.600 pesos, super caro, como 0,80 centavos de dólar. Una vez allá hice una sola parada y ya era la última. Mi cara, que no disimula mucho, seguramente transmitía mi decepción. Me dejó cerca de una estación de servicio pero que no era la correcta.

De ahí hablé con el guarda y me explicó que había que tomar otro, no se podía cruzar la calle, sino que nuevamente bajar por dichoso túnel, ya a esta altura estaba extenuada no sólo de volver a tomar otro bus sino de la laarga explicación, y recién ahí cruzar.

Entonces llegué hasta un puente, que se suponía me tenía que indicar el chofer pero éste no me dijo nada, sino que me avisó un pasajero, el mismo con el que había viajado antes. A partir de allí, pregunté al policía donde pasaban los buses para Armenia y me señaló rotundamente que no estaba en el camino correcto, debía cruzar la calle y seguir por la vía que estaba enfrente y fue así que hice lo que me comentó.

Una vez en el lugar decidí hacer dedo aunque no fue tan provechoso el tiempo invertido excepto por un atento taxista que me levantó a mí y al colombiano que estaba al lado mío, que se dirigía a Palmira, una ciudad agradable donde el vehículo común es la bicicleta, que queda a unos 27 kilómetros de Cali y en dirección al norte, o sea hacia donde iba.

Entre conversación y conversación, el destino, que iba a ser una estación de servicio, o bomba como lo llaman acá, dejó de ser el destino y terminé en otra estación de servicio pero de Palmira. Allí nadie paró y los que estaban no me quisieron llevar. En otra nota cuento los pro y los contra de hacer dedo y los prejuicios y las preguntas relacionadas con el tema.

Fue así que decidí parar un bus o buseta, también lo llaman así. El primero me dice que por 18.000 mil me lleva ( unos 9 dólares), le dije que era mucho, me lo deja en 15.000 y me sigue pareciendo mucho. Me pregunta cuánto tengo, le digo 10.000, me dice que es poco. Sigue de largo y mi espera también. A los 20 minutos pasa otro y me subo, casi obligada porque el tipo me sube la mochila sin que yo le dijera que estaba de acuerdo con el precio. 5.000 a Tulua y 15.000 a Armenia.Pagué 5.000 después de preguntar a una chica cuanto costaba.

A lo largo del viaje cambié dos veces más de vehículo. Cuando llegué a Tulua, antes del centro, me pasaron a otra combi y después en otra ciudad que no se el nombre nuevamente a otra. En fin, cuestión que llegué a Armenia a las 16 hs y tenía que estar antes de las 17 hs en la casa del couch. Esperé en la terminal un rato. Para todo esto estaba con hambre, con sueño, cansada, renegando, sin ducharme y con ganar de dormir. Decido, mientras ya estaba impaciente esperando el bus, fumarme un pucho y al ratito llega el bus, como suele pasar. Me subo, le pregunto al conductor si me lleva al destino donde tenía que llegar y, esperando mi dinero, me responde amargamente que si pero no me dice hasta donde va.


El tipo parecía tener más mal humor que yo o ya había nacido con la pata torcida, la cuestión es que nunca le entendí que me dijo y si es que me dijo algo. La chica a la que le pregunté me dijo que no faltaba tanto y que quedaba más lejos de donde ella se bajaba. Fue así que al cabo de unos minutos llego al barrio, luego pregunté a la gente pero todos me miraban con desconfianza y sin saber la simple pregunta que era: " ¿ Cual es la manzana 31?" a una señora que vivía en la manzana 31! esas cosas también me cansan. No sólo las mochilas, el hambre, la sed, el sueño y el cansancio.


Paradas varias


Cosas que sorprender y bastante: hoy estaba viajando en bus. Un colectivo  urbano, pequeño. Acá algunos, dependiendo el tamaño, se llaman busetas. Bueno, este era uno de esos. El acompañante del colectivero se encarga de recolectar y llamar gente para que viajen. Para a cada rato pero sobre todo paran para buscar algo para tomar, algo para comer, para fumar, para hablar con el colectivero que viene al lado, para hablar con el que vecino que acaba de conocer o simplemente paran.

 Pero la parada no es rápida. No. Se toman su tiempo y bien. No les importa ni miden el tiempo de los pasajeros. Les dicen cosas, hasta absurda, a las mujeres. A mí uno me tiró un beso. Es decir, son muy desubicados. A esta gente no le importa nada.

Lo que más me sorprendió pero para mal fue que tiran cualquier cosa  a la calle. Hoy, el acompañante tiró una botella de agua para la calle, mientras iba colgado del bus. Ya he visto varios de esos que hacen lo mismo y me parece degradante. Un día me enojé y a uno le dije que no ensuciara. Que a pesar de que no era mi país no me gustaba que la gente ensucie la calle. Miró y siguió como si nada.
Esas cosas pasan en este país.


Mono araña aullando






Siempre voy a elegir y me va a encantar viajar. Es más, es una de las cosas que más me gustan, junto con escribir, ver pelis, jugar al fútbol ( si, me gusta ¿y qué?), entre otras. Pero viajar es más que eso. Es mucho más. Es algo que te llena permanentemente sin necesidad de hacer otra cosa a la vez, aunque se puede escribir al mismo tiempo y no molesta, claro está.

Peero como en todo, NO todo es color de rosa. Una de las cosas que odio es andar con las mochilas de un lado para otro y suuper pesadas. Claro, esto es parte inherente del viaje, desde ya, pero que cansador que es.

Otra cosa que está totalmente ligada a esto es que cuando hacés viajes largos terminás super cansada, con hambre, con sueño, sin ducharte, con mal carácter, con pocas ganas de que te hablen, con ganas de no ver a nadie, con...¡sigo?

Hoy, sin ir más lejos, fue un caso de estos. Salí de Cali, del lugar donde me hospedaban, a las 9 y 30 horas aproximadamente. Paré 20 minutos o menos a tomar un café y unas empandas, que por cierto estaban muy feas y eran pequeñas, y seguí hasta la parada del MIO, que es el bus interno de acá. Cuesta 1.600 pesos, super caro, como 0,80 centavos de dólar. Una vez allá hice una sola parada y ya era la última. Mi cara, que no disimula mucho, seguramente transmitía mi decepción. Me dejó cerca de una estación de servicio pero que no era la correcta.

De ahí hablé con el guarda y me explicó que había que tomar otro, no se podía cruzar la calle, sino que nuevamente bajar por dichoso túnel, ya a esta altura estaba extenuada no sólo de volver a tomar otro bus sino de la laarga explicación, y recién ahí cruzar.

Entonces llegué hasta un puente, que se suponía me tenía que indicar el chofer pero éste no me dijo nada, sino que me avisó un pasajero, el mismo con el que había viajado antes. A partir de allí, pregunté al policía donde pasaban los buses para Armenia y me señaló rotundamente que no estaba en el camino correcto, debía cruzar la calle y seguir por la vía que estaba enfrente y fue así que hice lo que me comentó.

Una vez en el lugar decidí hacer dedo aunque no fue tan provechoso el tiempo invertido excepto por un atento taxista que me levantó a mí y al colombiano que estaba al lado mío, que se dirigía a Palmira, una ciudad agradable donde el vehículo común es la bicicleta, que queda a unos 27 kilómetros de Cali y en dirección al norte, o sea hacia donde iba.

Entre conversación y conversación, el destino, que iba a ser una estación de servicio, o bomba como lo llaman acá, dejó de ser el destino y terminé en otra estación de servicio pero de Palmira. Allí nadie paró y los que estaban no me quisieron llevar. En otra nota cuento los pro y los contra de hacer dedo y los prejuicios y las preguntas relacionadas con el tema.

Fue así que decidí parar un bus o buseta, también lo llaman así. El primero me dice que por 18.000 mil me lleva ( unos 9 dólares), le dije que era mucho, me lo deja en 15.000 y me sigue pareciendo mucho. Me pregunta cuánto tengo, le digo 10.000, me dice que es poco. Sigue de largo y mi espera también. A los 20 minutos pasa otro y me subo, casi obligada porque el tipo me sube la mochila sin que yo le dijera que estaba de acuerdo con el precio. 5.000 a Tulua y 15.000 a Armenia.Pagué 5.000 después de preguntar a una chica cuanto costaba.

A lo largo del viaje cambié dos veces más de vehículo. Cuando llegué a Tulua, antes del centro, me pasaron a otra combi y después en otra ciudad que no se el nombre nuevamente a otra. En fin, cuestión que llegué a Armenia a las 16 hs y tenía que estar antes de las 17 hs en la casa del couch. Esperé en la terminal un rato. Para todo esto estaba con hambre, con sueño, cansada, renegando, sin ducharme y con ganar de dormir. Decido, mientras ya estaba impaciente esperando el bus, fumarme un pucho y al ratito llega el bus, como suele pasar. Me subo, le pregunto al conductor si me lleva al destino donde tenía que llegar y, esperando mi dinero, me responde amargamente que si pero no me dice hasta donde va.

El tipo parecía tener más mal humor que yo o ya había nacido con la pata torcida, la cuestión es que nunca le entendí que me dijo y si es que me dijo algo. La chica a la que le pregunté me dijo que no faltaba tanto y que quedaba más lejos de donde ella se bajaba. Fue así que al cabo de unos minutos llego al barrio, luego pregunté a la gente pero todos me miraban con desconfianza y sin saber la simple pregunta que era: " ¿ Cual es la manzana 31?" a una señora que vivía en la manzana 31! esas cosas también me cansan. No sólo las mochilas, el hambre, la sed, el sueño y el cansancio.



Hasta capaz que sería aburrido.


Día de la independencia de Cartagena de España. Se conmemoró el 11 de noviembre de 1811, pero se pasó al día 13 de noviembre para unificar el festivo.