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Turista en mi pais


Hace unos meses que no estoy viajando pero tampoco aterricé verdaderamente. Nunca se termina de aterrizar cuando los sueños están en otro sitio. Volver, ya sea de manera temporal o no, es una especie de no estar por completo en el lugar al que llegás.  Estar como turista en tu país, en la ciudad donde estuviste viviendo es circular sin tener un lugar fijo. Es recorrer museos y verlos con otros ojos, salir a la calle y pensar que estás en otro país, es, de algún modo, creerse una mentira.
Sentirse turista en tu país es saber que no vas a tener un lugar fijo por un tiempo por culpa de los altos precios que ponen los dueños de departamentos o de quienes alquilan habitaciones o el lugar que sea que lo único que no te piden por el momento es un análisis de ADN; es deambular de acá para allá sin rumbo fijo y sintiéndote nómade en tu propio país, aunque desconocido. Es saberlo y creerlo porque no hay otra opción, porque en Buenos Aires se pueden hacer muchas cosas gratis e interesantes pero otras, como alquilar un lugar privado y estar en paz, no es nada fácil.
Hostels caros, algunos sucios, con gente maleducada e irrespetuosa ha sido ultimamente la morada obligada en una ciudad donde la furia se visualiza cada vez más y en cada rincón.
Sentirse turista es estar en unos de estos lugares y escuchar a un mexicano diciendo "wey", a un brasilero hablar de fútbol, a un venezolano roncar como un hipopótamo y que no te deje dormir o a un africano que trabaja como recepcionista en el turno nocturno durante ocho horas y cobra 250 pesos en un hostel judío.  Sentirse turista es saber que te acostás a las dos de la mañana pero quizás te dormís muchas horas después, o quizás nunca. 
Sentirse turista es buscar un lugar todo el tiempo, buscar  mi lugar, mi tranquilidad, mi espacio y saber, y tratar de comprender no digo aceptar, que es un tarea ardua y dura.
Sentirse turista es soportar la mala onda ( en algunos casos ) de los porteños y seguir como si no pasa nada y responder de una manera elegante, con educacón.
Sentirse turista es saber que los precios van a aumentar, siempre, en " temporada alta", es decir en las vacaciones y que no te queda otra opción que aceptarlo o irte.
Sentirse turista es saber que el caos siempre va a estar: en la calle con las bocinas de los autos, motos y camionetas; en el subte con la multitud que presiona como si fuera ganado y parece que perdiera el último tren si no lo toma; en las colas del supermercado, del cajero, del médico, del odontólogo y hasta para pagar alguna factura ( pareciera que a la gente le encanta hacer cola); esperando el colectivo y después viajar de manera apretada, parada y rozándote con alguien.
Sentirse turista es saber que el acento de la gente local es el mismo pero una ya no; que la cordialidad, amabilidad, educación y respeto, en muchos casos, quedaron en la historia.
Sentirse turista es saber que la gente que estaba antes ahora quizás esté en otros temas, en otra cosa, en otra onda o no esté.
Sentirse turista es saber que las cosas son así, pero vaya a saber porqué, pueden cambiar; que las reglas existen pero nadie las respeta; que gana el más fuerte o el que putea; que los autos pasan antes que las personas en una senda peotonal; que tenés que correr cuando el semáforo está en rojo porque apenas cambia el auto no se detiene.
Sentirse turista es saber que el café en un hostel puede estar frío y que nadie lo va a calentar; que los horarios de entrada y salida son una pésima y obligatoria marca registrada; que las normas no se cumplen y que el cigarro puede estar.
Sentirse turista es ir a arreglar un teléfono, que te atienda un venezolano y te diga que para el día siguiente va a estar solucionado o que te avisa si no está y que nunca te llame y que pase una semana y no tengas ni el celular ni nada.
Sentirse turista también es ir a ver obras gratuitas, a la gorra o baratas; ir al cine o ver un espectáculo gratuito, u otra oferta cultural, en la calle. Lo bueno de Buenos Aires.
Sentirse turista en tu país es, a veces, saber que hablas el mismo idioma pero nadie te entiende.