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Panamá: país de grandes contrastes




A este país llegué de diferente manera que en todos los otros donde estuve desde que salí de Argentina. Mi aterrizaje, y que mejor aplicado, fue por avión. Lo primero que me encontré fue una puntualidad en el servicio de la aerolínea panameña, pero eso no justifica el alto valor de los vuelos.
El segundo contacto con el nuevo país fue en el aeropuerto. La larga cola que hice y el trato que tuve me hacían suponer que me iba a encontrar con un país yanquizado, donde la gente es poco atenta y algo  inoperante.No me equivoqué demasiado, al menos no en la capital.Aunque las experiencias después fueron cambiando, mucho no distó de lo que imaginé en un principio.

Pero las diferencias no se quedan sólo ahí. El trato de la gente cambia mucho si una se traslada hasta la costa, más precisamente a la zona de la Península de Azuero. La gente allá es más cálida y amable. Si hacés dedo no demorás mucho en que alguien te pregunte a dónde vas y te lleve y, además, te invite a comer.

Aunque tuve una mala experiencia en esta región cuando una persona en el supermercado, y como respuesta  a que yo preguntara si no había otra persona atendiendo, me dijo que no si no me gustaba acá me volviera a mi país. Después de un par de intercambios de opiniones en un tono alto, me fui para no discutir más y pasar un mal momento.

Si hablamos del nivel cultural, realmente deja mucho que desear, aunque siempre hay algunas raras excepciones que rompen la regla, la gente normalmente no lee en general. Escuchan vallenato, bachata o reggaetón muy a menudo y en los buses con el volumen alto y si le decís que bajen la música, te miran mal, se quejan, lo bajan un poco y después lo suben el doble dando a entender que ellos son los dueños del universo, de tu espacio, de tu oído y de tus gustos y pueden hacer lo que quieren. Situaciones así me han tocado vivir en muchos países, y este no es la excepción. Eso demuestra la falta de cultura y el poco respeto que hay hacia el otro. Pero, como dije, no todos son iguales.


Cinta costera.

 Lo primero que llama la atención es la altura de sus edificios y la gran cantidad de estos. Su capital, denominada del mismo modo que el país, ostenta y alardea suntuosidad por todas partes. Pero como en todo lugar, no todo lo que reluce es oro.
Edificios altos


El paìs cuenta con paisajes bastante agradables en general. Se pueden encontrar valles, montañas no muy altas y varias playas.

Las montañas abundan.  


Los atardeceres, una maravilla de la naturaleza.


Otra cosa que me llamó la atención es la cantidad de vehículos que circulan.  No se han construìdo vías ni dentro de la ciudad ni fuera como para albergar el amplio número de autos y buses que día a día se movilizan.

Si hablo de llamar la atención, aunque en otro sentido, tampoco tengo que dejar de mencionar la cantidad de camisetas de la selección Argentina que ví. Esto también lo observé en otros países e hice una mini encuesta porque estaba intrigada, que fue en Venezuela y que viene a colación del llamado de atención, y el resultado es que Argentina es el equipo favorito de ellos.

En cuanto al transporte, acá también hace alusión el título de este post, el país cuenta con el servicio público donde se paga un pasaje de 0, 25 centavos de dólar y hay 40 minutos para poder usar otro bus, siempre y cuando vaya hacia la misma dirección. Esto lo recalco porque he preguntado alrededor de diez veces y todo el mundo me decía algo distinto acerca de cuánto tenìa para poder usar el mismo boleto, aunque no es boleto en sí.Se usa  una tarjeta, la cual se recarga en diferentes lugares. Las monedas no están permitidas.

Bus legal.

Y aquí está el que no es legal. En este te cobran 0, 50 centavos, es decir el doble, se paga con monedas y no tiene aire acondicionado, a diferencia del legal. Yo no pagué nunca lo que dice valer porque no es legal y ni siquiera te dan un tiket, aunque esto no te lo van a dar en ningún lado. Encima te ponen la música que no querés escuchar a volúmenes exagerados.



Este es el bus trucho.

Si una camina unas diez o quince cuadras afuera del centro notará la gran diferencia que hay. Gente rebuscando en la basura, suciedad en la calle, basura en las veredas y hasta drogas y alcohol de por medio. Aunque tambièn se puede observar en varias playas. Con esto me refiero al nivel cultural de la gente.
Detrás está la playa y a unos 15 minutos la capital.

En cuanto al nivel de vida, el país no es demasiado costoso. Se puede comer por 2 dólares comprando en el supermercado o incluso menos también, dependiendo lo que quieran comer, claro. Pero esto se equilibra con los sueldos. No es un país donde se pague mucho ni bien. El sueldo mínimo es de 400 dólares y hay bastante inmigraciòn y gente trabajando en negro.


Playa Venado, al sur.


Linda casita al costado de la playa


Verde.
Flores en un camino boscoso.   


   


Participé de un programa radial de noticias en la localidad de Las Tablas, una pequeña ciudad al sur, donde la gente o algunos vecinos, no todos, te saludan sin que vos te des cuenta que están.
La participación fue linda. Yo quería hablar más sobre mi viaje, pero dado que no había mucho tiempo y el entrevistador sólo quería hablar de política, no me explayé tanto como quise en ese tema.

También tuve otra mala experiencia cuando una mujer me dijo que me vuelva a mi país, y otras cosas màs, cuando le comentè al marido que era más amable que ella. Tenían una combi que transportaba gente y me querían cobrar 2 dólares hasta un lugar llamado Bajo Mono, y yo les dije que estaba haciendo raid, o dedo, entonces el hombre me cobró la mitad y me dijo que me iba a llevar hasta más lejos. Terminé a los gritos pero cuando caminé por un sendero bastante agradable me olvidé por un instante del mal momento.

Pero esos momentos no cuentan en el tiempo. Sirven de experiencia. Hay que atesorar los buenos momentos, que son muchos, y las personas valiosas; las otras, olvidarlas. Siempre nos vamos a encontrar con personas agradables y serviciales y otras no tantas o todo lo contrario, incluso hasta sin educación. A veces es dìficil encontrar el significado o la enseñanza de una situación pero creo que después te das cuenta que de algo te sirvió.

En definitiva, es un paìs  rico en recursos pero no creo que esté bien aprovechado. Con este me refiero a que no han explotado al máximo sus posibilidades ni tampoco la gente. Hay personas que no quieren hacer según que trabajos, o bien por pereza o por ser un trabajo forzado.

Iglesias

Cali, Colombia


Puyo, Ecuador

Guayaquil, Ecuador
San Cristóbal, Venezuela

Táchira, Venezuela


San Félix, Panamá
Boquete, Panamá
Chitré, Panamá


David, Panamá




Pasajera en trance



A veces sucede, y muchas otras también, que las mochilas me cansan. Hace varios días que a una  la tengo que cambiar o comprar una nueva pero realmente no tengo muchas ganas de sacar todo y ponerla en otra.  Me da pereza, fiaca. A veces la pereza gana al hacer. Pero después me acuerdo que estoy viajando y haciendo lo que quiero y  ese sentimiento es sólo pasajero, molesto, pero pasajero al que no le tengo que dar lugar.

Me pasa muchas veces que veo cosas diversas, escucho conversaciones, diálogos raros o interesantes, olores lindos y no tan lindos, sabores diferentes, gustos extraños y en ese momento me digo a misma que esto no puede faltar en el próximo post. Pero cuando llego y trato de escribir algo estoy en blanco.

Una vez un profesor en la maestría contó una historia similar de una chica y dijo que eso se llamaba " Síndrome de la página en blanco" porque estás obnubilada, bloqueada, y no sabes por donde empezar. Bueno, eso me pasa a veces, o más que a veces.

Entonces es ahí cuando me pongo a escuchar canciones.



También me pasa algo parecido a este video.


Ella está por embarcar,
Quizás consiga un pasaje en la borda.
Ella está por despegar
Ella se va.
Ella viaja sin pagar
El viejo truco de andar por la sombra.
Ella baila sobre el mar
Ella se va.
Pasajera en trance
Pasajera en tránsito perpetuo
Pasajera en trance
Transitando los lugares ciertos.
Un amor real, es cómo dormir y estar despierto
Un amor real es como vivir en aeropuerto.




Siempre me acuerdo de Cerati, como no acordarme si en cada país que voy lo escucho. Si sus canciones me ilusionan y me hacen transportar a mi país. Si su voz es hermosamente bella.




Siempre la letra te inspira o te paraliza. Pero algo siempre te causa.




También me pasa a veces que me acuerdo de situaciones, personas, cosas, hechos, anécdotas, historias, charlas, olores, sabores de épocas muy remotas y que me traen memorias y recuerdos. Algunos gratos y otros, a veces, no tanto pero que de algún modo te hacen pensar nuevamente en ese momento puntual y volver a vivirlo.

Este cartel me hizo acordar a eso.

A veces las cosas no suceden como las planeas, aunque generalmente no planeo las cosas. Muchas veces salen mejor. Otras pasan porque tienen que pasar. Porque esa situación, que no la buscaste, te hace conocer a alguien especial o te hace vivir algo diferente, que te deja una enseñanza.

Hay momentos en los que no me hallo o no me gusta para nada el lugar, como me ha pasado muchas veces y en distintos países, después pienso que decidí ir a ese sitio por alguna razón y entonces decido pensar que las cosas son así y que por más que me queje no voy a conseguir nada. Que nada se puede cambiar si no se cambian en si mismas.

Me molesta que le pregunte algo a alguien y que no me respondan o te queden mirando sin decir nada. Que no sepan que decir y te contesten cualquier cosa.

Me molesta que pongan la música fuerte en el bus y cuando le digas amablemente si la podés bajar, te miren raro y con cara de bicho de otro planeta, que hagan un gesto, la bajen un poco y la vuelvan a subir.

Me molesta la falta de respeto en general y trasladada en la calle cuando aturden sin sentido con la bocina para avisar  en vano que están ahí o cuando tiran papeles, latas de gaseosa, botellas, plásticos y cualquier desecho a la calle, a la playa o a cualquier lugar público.

Todo eso te pasa cuando viajás y cuando sos pasajera. Y también cuando sos consciente del respeto por el otro.





                                                    ...No hay que vivir fingiendo,
                                                           
la cosa es al revés. 
                                                        cuando solo somos pasajeros en este show.
 

 
                                                         
Quién te puede explicar que es la vida? 
                                                        decirle al corazón qe es mentira? 
                                                               cuando quiere creer...                







Graffitis


Porque cualquier frase, palabra tiene un significado y más aún si está en una pared...



















Atardeceres...


Me gustan los atardeceres porque es el final de un día, es el final de una historia, de un algo y significa que comienza otro algo diferente, con la posibilidad de que sea mejor.

Me gustan los atardeceres porque sus colores son mágicos. Te iluminan y te despiertan internamente.



Me gustan porque muestran un matiz diferente...




Me gustan porque algunos son más oscuros...



 Algunos más claros...



 Algunos  más luminosos...



Algunos aún más luminosos...



Algunos más rosados...




Algunos más concurridos...


Algunos más nublados...


Pero todos reales, naturales, espontáneos, vivaces, enérgicos, potentes y bellos. Como me gustan.