Lo último

Archivo PDF

Lo efímero se vuelve real


¿ Nunca les pasó de sentirse que son pasajeros en un lugar o en un momento?

Eso me pasa muy seguido y más aún ahora que estoy viajando. Quedan momentos, sensaciones, olores, sabores, personas pero muchas veces lo importante, lo real se esfumina como una mariposa. Vuela en la amplitud del espacio y de la realidad y se convierte en un recuerdo muy bello para una memoria que no quiere olvidar.

Los momentos se convierten en instantes; la realidad en un sueño por olvidar y las personas en rostros desconocidos; los paisajes en eternas ventanas abiertas que perduran en mi mente; los silencios en momentos incómodos; la música en una melodía única que no terminaba.

Y todo pasa y poco queda. Y el viaje sigue y la vida sigue aunque a veces parece que se acabara en un momento.


Los momentos, esos son los que cambian. No hay un momento único e irrepetible. Algunos son buenos, muy buenos, otros malos y muy malos pero no iguales.

Ayer el sol brillaba tan nítido, contento y con mucha fuerza y luz; hoy, su opacidad emerge en cada espacio que camino.

Y nada es para siempre, eso ya lo decían muchos pero tampoco dura demasiado.

 La utopía es para eso, para andar, no para llegar.

Y andar, andar y aprender...

Contemplar los buenos momentos, recordarlos, traerlos a la memoria y guardarlos.
Sólo sirven los buenos paisajes
Los malos momentos es mejor olvidarlos, pero antes aprender. Que todo deja una enseñanza si lo sabemos mirar. Que el tiempo, aunque parezca perdido, es solo ganado en conocimiento y experiencia.


Prensa



Entrevista en radio panameña


Participación y entrevista de una hora en Radio Volcán, en Granada, Nicaragua.

Lo que aprendí del viaje en estos meses


Creo que nunca se deja de aprender, pero menos aún cuando estás viajando.  Éstos últimos días no he tenido tanto tiempo de escribir porque he estado de un lugar a otro sin parar. También me he preguntado si eso es bueno o malo y no encontré respuesta. Me he estado haciendo muchas otras preguntas las cuales aún siguen sin respuesta.

Pero con este viaje aprendí también algunas cosas. La primera es a abrir la mente. Puedo hablar con cualquier persona de cualquier sexo, edad, religión, orientación sexual, casta social o lo que sea sobre lo que sea. No significa que antes no lo hiciera, sino que era de otra manera.



También aprendí a tolerar o tener un poquito más de paciencia ( aunque no siempre es fácil) en lugar de responder enseguida o alterarme, trato de pensar un poco y resolver la situación de la mejor manera posible.

Ver las cosas de otra manera es algo que descubrí no hace tanto tiempo. Antes las veía a mi manera y de ahí no salía. Ahora trato de contemplar otras posibilidades y ver cual es la que más me sirve. A veces, simplemente, se trata de tomar riesgos.

Nunca me había pasado antes en este viaje pero ayer u hoy, no bien porque no lo controlé, me robaron plata, no tanto pero lo suficiente como para vivir algunos días. En este caso es difícil considerar todo lo que se aprendió o calmarse porque no sabés quien fué, por qué, cuando ni por qué lo hizo y, peor aún, violaron mi intimidad.



También aprendí que las personas van y vienen; las que realmente valen se quedan, permanecen, luchan, las que no salen de nuestras vidas y es bueno que así sea.

Que nada es eterno. Todo es temporal, como la vida misma. Que aferrarse a algo o a alguien no tiene sentido. Que luchar, a veces, tampoco. Que sólo las cosas y las personas buenas fluyen por si mismas y permanecen.

Que enojarse, resistirse, tratar de cambiar algo cuando no hay voluntad no sirve absolutamente de nada. Que es mejor aceptar y ser lo que uno es.

Que lo más importante de este mundo somos nosotros mismos y es con lo único que vamos a lidiar, que podemos confiar el resto de nuestra vida.

Que siempre es mejor arriesgar, probar, experimentar aunque después salga mejor importa. Lo que vale la pena es la experiencia, el haberlo vivido. Es preferible decir que salió mal antes que arrepentirse por no haber probado.

Que no hay planes específicos, exclusivos o estrictos. Todo puede cambiar y ser flexible es importante para adaptarse a una situación antes impensada.

Que las apariencias engañan; que no todo lo que brilla es oro ni todo es color de rosa.

Que no hay que esperar nada de nadie; que es mejor asombrarse bien o llevarse una buena sorpresa antes que decepcionarse.

Que las situaciones incómodas no sólo suceden en nuestra mente.