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Sobre el verbo "dejar" mientras viajo


Leyendo diferentes cosas, publicaciones, viendo vídeos en TED y divagando en la inmensidad e inconmensurabilidad de internet  me encontré con uno de esos textos interesantes, porque es poco lo que se ve de interesante por internet. llamado "Escribir sin pensar" y que está basado en el libro "El gozo de escribir" de Natalia Goldbler.

Esto me pasa muy seguido, diría todo el tiempo,  perderme en el vacío de internet y, de vez en cuando, encontrar algo valioso. Hoy quiero hablar de un palabra, de un concepto, de una idea que me pasa cuando viajo. Que me pasa ahora.

Me llamó la atención algunos de los items que esta persona enumeraba, que contaba en este resumen. Leí algunos pero uno de ellos, aunque me pareció simple, no deja de ser interesante y sumamente aportativo (creo que acabo de inventar esta palabra) me gustó más para este momento.

La sugerencia que me gustó, me atrapó, me motivó a escribir fue: "Escribe sobre el dejar. Un divorcio, dejar un trabajo, etc". Decía su consejo y fué así que leyendo esto me pareció bien que hablar sobre el dejar sería bueno, y más ahora que llevo más de un año viajando.

Escribí en google para ver qué me decía sobre el concepto "dejar" y encontré esto:

1."Poner o colocar a una cosa en el lugar o de la manera que se desea, le corresponde o le conviene".

2. "Separarse o alejarse de una persona o cosa, temporal o definitivamente".

Y no da más posibles significados. Pero yo sí le encuentro  muchos más.


Foto de: snapwidget.com

Creo que el verbo "dejar" me persigue o yo lo persigo a él desde casi trece meses, fecha en que salí de Buenos Aires. Dejar, por unos meses, de ver a mi familia, a mi perra, a amigas, a parientes.

Dejar de dormir en la misma cama por un tiempo indefinido e incontrolado.

Dejar de ver los días similares o muy parecidos para pasar a ver la rutina del viajar. Dejar de soñar en viajar para viajar.

Dejar de bloquearme mentalmente  a la hora de empezar a escribir un texto para la maestría en Periodismo para bloquearme al momento de escribir un post sobre algo que me pasa mientras viajo.

Dejar, dejar, dejar. Puedo hablar de muchos "dejares". Como cuando dejo una casa donde me alojan y me estreso en encontrar otra por otros dos o tres días sabiendo que se repetirá el procedimiento anterior.

Entonces en el dejar están enmarcados diferentes significados y acciones al mismo tiempo. Y por eso mismo me llamó la atención ese verbo. Porque todo el tiempo estamos dejando, desde el momento que nos levantamos, cuando dejamos la cama hasta cuando nos volvemos a dormir.

Me hace acordar a otro verbo al cual asocio: decidir. Son casi sinónimos, de algún modo. Porque cuando decidís dejás de lado una cosa por otra.

Si alguien me preguntara en estos momentos que quisiera dejar para no llevar más, lo primero que se me viene a la mente son las mochilas. El peso de todos estos meses, y eso que regalé ropa y  libros, se ha notado mucho y sobre todo en mi espalda que me pasa facturas  permanentemente.

 Por el contrario, si quisieran saber que no quiero dejar, diría  los recuerdos, momentos y las experiencias vividas del viaje. Hablo de los buenos, que son muchos. No quiero dejar de recordar las anécdotas como cuando estuve enseñando inglés en la selva de Guatemala como voluntaria o de haber hablado más de tres horas italiano con dos chicos que eran pareja y que me trajeron a la vuelta de Chichen Itzá cuando estaba haciendo dedo a la salida de las ruinas.

 Foto de Pinterest: Francisca Araya Orellana  


Foto de Pinterest


Me resulta más fácil, más "flow", esta palabra está de moda y significa "dejarse llevar", escribir sobre conceptos, ideas, sentimientos encontrados que tengo,  que sobre relatos, diarios de viaje o consejos típicos . Dejarse llevar son dos palabras que me parecen opuestas si tenemos en cuenta el significado por separado de cada una de ellas. Dejar es separarse y llevar es mover, traer.  Entonces son antónimos,  las dos palabras juntas significan,  desde mi percepción, ir con la corriente, no pensar tanto,  Y eso es lo que no me pasa.

No me pasa porque siempre estoy pensando, analizando, viendo situaciones y decidiendo, el viaje en sí te lleva a eso. Pensar cuál va a hacer tu próximo paso.Y "dejarse llevar" es todo lo contrario, es que el río te lleve, es ir al compás de una canción que te gusta y que te relaja y que no te das cuenta cuando termina. Es no decidir sino que algo decida por vos. Es entregarse. Es conceder tu tiempo y tu cuerpo al universo. Y eso no me pasa. "Dejarse llevar" son dos palabras contradictorias.


Foto de Pinterest: Agus Gonzalez


Últimamente, más precisamente ayer, dejé un hostal donde hacía un intercambio: alojamiento y desayuno por trabajo de recepción. Sentí que lo dejé y así fue literalmente. Sentí que estaba haciendo algo que no quería, me sentía obligada a levantarme temprano y cumplir varias horas diarias, en la cual también podría escribir, pero no eran mías totalmente. No me sentía libre.

Creo que me identifico más con el dejar que con el opuesto. Experiencias, anécdotas, algún aprendizaje en estos meses de viajes. Sí, claramente me identifico con el verbo "dejar".  No hablo de dejar en el sentido de abandonar. No. Dejar algo. Momentáneamente. ¿ O a alguien? ¿A quien? Nadie nos pertenece ni yo le pertenezco a nadie, sólo podemos elegir. Mi naturaleza  inconformista y "seguí para adelante" me lo recuerda a diario.

 No por eso no dejo de pensar tampoco en que podría estar en ese otro lugar con esa gente, mi gente. Pero después recuerdo que estoy acá porque fue mi elección y que no tengo nada que reprocharme o culparme. Que nadie me debe nada ni yo le debo a nadie.

Y entonces viene otra expresión "dejar de ser". No quiero dejar de ser quien soy para complacer. Sí puedo ayudar, si así lo creo y me hace sentir mejor lo haré.

Tampoco dejo de pensar en cosas que me preocupan  y que tengo guardadas.

Si es algo que quiero dejar de hacer es de distraerme. Dejar de desconcentrarme para concentrarme en una sola cosa. Sí, me cuesta mucho eso pero lo voy a lograr.

A veces me pregunto cómo hacer para estar más inspirada pero es ahí justo cuando decido investigar en internet y pierdo, sobre todo, la concentración.  Dejar de divagar sería la expresión.

Y si hablo de algo que me cuesta es de esto: Dejar ir. Encontré en pinterest un cuadro que me gustó y sistematiza, de alguna manera, lo que me pasa:




Foto de: en drogas-no-gracias.com.


Cortar, terminar, soltar, decir adiós, finalizar, liberar-se, desatar-se. Que lindo pero que complicado. Es cuestión de dejar de pensar y hacer.


Lo que nadie cuenta en los blogs de viaje....




Es el momento en que no sabes qué camino tomar. para donde ir. Hay una pequeña decisión que tenés que tomar pero no lo haces. Algo muy adentro te paraliza, te obceca, te tortura y no te hace decidir. ¿ Qué es? ¿ Por qué pasa eso? Hasta ahora no he encontrado respuestas pero sí puedo decir que probablemente es porque no esté del todo convencida a decidirme por eso. A no cometer el mismo error o no pasar por la misma situación.

Es muy común que nos cuenten que podemos hacer o no dejar de hacer en un lugar. Qué es lo más lindo, recomendable o no para ver. Tips sobre cómo llevar poco equipaje, como gastar poco, como comer con poco dinero y como ahorrar más.

Lo que no es tan común de ver son las sensaciones y sentimientos que tenemos cuando viajamos o cuando paramos por un momento. O las sensaciones que nos dejan el no decidir por un camino concreto en un determinado momento.

Entonces es cuando me paralizo y no decido. Hay gente que dice que a veces es mejor no actuar cuando no se sabe. Otra, que es mejor hacer que no hacer. Yo, ahora mismo no sé. Por eso me pongo a escribir y quiero que las cosas fluyan, como un río.

Antes de llegar a este lugar "soñado" me imaginé un mundo de paisajes, de sensaciones, de sabores, colores, música, gente. Sobre todo sus playas paradisíacas, comidas, fiestas, gente de todo el mundo hacían inducir que sería el lugar ideal.

Lo mejor siempre es estar en el lugar. No imaginar. Para confirmar o negar las expectativas.Pero la realidad siempre muestra la cara real de las cosas, valga la redundancia. Me he encontrado a lo largo de este viaje con lugares soñados que no había soñado antes y lugares impensadamente distintos, por no decir malos, de los que había creado en mi mundo interno.

No digo que este decepcionada completamente pero sí esperaba algo distinto. No sé exactamente qué esperaba. Quizás una ciudad más pintorezca o con más cosas que hacer. O gente más...más... interesante.

He leído algunas cosas sobre lugares. Lo que nadie cuenta es por lo que se pasa mientras viajamos. No hablo de lo lindo, maravilloso y espectacular que es viajar. porque eso es fácil, que por supuesto son muchos momentos y en repetidas ocasiones he mencionado en otros posts como en grandes momentos . Hablo de los momentos críticos.  Porque como todo en la vida, existen. Y me parece bueno contarlo.

. Porque todo en este mundo es blanco y negro, no existe lo lindo sin lo feo y viceversa y ya se que hay un dicho que dice que pasará lo que uno alimenta más. No estoy alimentando lo malo o las cosas malas. simplemente quiero dejar claro que cuando viajas no todo es perfecto ( así como no lo es cuando no viajás), que seamos consciente de eso.

Con esto no quiero desanimar a nadie a que deje de viajar ni mucho menos, al contrario. Mi carrera periodística hace que no quiera dejar escapar la verdad y trasmitirla, que la gente conozca los dos lados de una realidad, las dos caras de una misma moneda. Sin profundizar en ninguna de ella aunque ahora hable más de una.

El hecho es que siempre estamos decidiendo, aún cuando creemos que no lo hacemos. Porque el no hacer nada también es una decisión. ¿ A qué voy con esto? A que estar en un lugar o en otro es por equis motivo, por lo tanto es una decisión.

Y la confusión a veces se origina por no decidir o decidir estar en un lugar y no estar completamente contenta. ¿ Se puede estar totalmente feliz en un lugar por un período largo?

Lo difícil de contar es el trance que hay en el momento en que se toman o no  esas decisiones. No se porque no se cuenta, pero sí se que cuando se decide por algo se pierde otra cosa al mismo tiempo y creo que esa es la parte más compleja. Esto lleva a que hay muchas veces donde hay indecisión y dudas y en ese momento no se sabe cual es el camino a seguir o cual es el camino correcto.

Otra cosa que se siente es la sensación de desapego y apego al mismo tiempo. Desapego porque todo el tiempo estás diciendo adiós, porque no llegás a conocer a nadie en profundidad o tener un sentimiento más fuerte, aunque  hay muchas personas con las que sigo teniendo contacto a través de redes sociales y quedamos en vernos en algún momento. Apego, porque a veces sucede que, por alguna razón, no quiera irme de algún lugar.

No es menos común la sensación de sentirme "rara", sí rara porque el lugar no termina de gustarme o por el entorno o por el color de la pared o el frío de la gente que lo habita. Pero esto es normal cuando viajás. No se puede estar siempre feliz. Es muy conocido un dicho que reza que no hacemos el viaje sino que el viaje nos hace a nosotros.

A veces sentís  que das más de lo que recibís, más allá de las trilladas frases que hablan de dar y no esperar recibir sino que todo vuelve. Hablo más bien de cuando hacés un trabajo a cambio de un hospedaje. Ahí es cuando te replanteás el seguir o no seguir, el decidir si vale la pena invertir tu tiempo en eso, qué podés obtener con eso que estás haciendo y muchas preguntas más.

Si es algo que me molesta es la gente abusiva.Que aprovecha de tu tiempo y empatía. No porque seas generosa o atenta significa que estés disponible siempre. El tiempo y la confianza valen oro y hay gente que parece o no quiere entenderlo.

A veces te topás con gente simplemente que no tolerás, tenés nada de química, creen sabérselo todo, hablan mucho, critican más y ayudan menos.Ahora ya trato de evitarla. No volver a verla o si la veo, porque viven o trabajan  en el mismo lugar, trato de minimizar la situación. Aunque no es tan simple a veces.

Más allá de esto siempre voy a animar, alentar e incentivar a la gente para que viaje, porque para mí es una de las mejores cosas que podemos hacer y la escuela más completa. En otro post voy a contar toodas las ventajas de viajar.

Pero ahora es momento de otro cosa. Mi mente y mi cuerpo me piden otra cosa. A veces mi mente no entiende lo que pasa; otras, mi cuerpo sólo le dice que pare. Entonces ahí es cuando comienza el conflicto que, a veces, parece eterno.





   Aunque a veces es más complejo de encontrarla, siempre, la respuesta está en uno mismo. A veces tardamos más, a veces menos. Pero siempre hay que buscar adentro y no en otro lugar.



  A veces es una sensación tan inexplicable que es difícil de transmitir, de contar, de traducir porque a veces el desalineo es con el mundo que me rodea. Es momentáneo, no es eterno. Después recuerdo que nosotros hacemos y decidimos, en muchos casos, qué hacer y qué no hacer.


Nadie puede vivir nuestra ni vivir la vida de nadie más.





El secreto para avanzar es comenzar.

Y sí.




A veces es necesario hacer un descanso, parar, pensar, y después seguir. A veces, simplemente, es necesario escuchar y sentir la respuesta que viene de adentro. Y si no llega en el momento que queremos, porque normalmente es así,  a tener paciencia y esperar.





Recopilación de algunos momentos del viaje


  No se por donde empezar. Si por lo malo o por lo bueno. Si por lo más reciente o lo más antiguo. Si por la gente, la comida, la cultura, los olores, los colores, los sonidos, las...

Es un post dividido en varios ¿capítulos? Lo podría llamar así aunque son algo discontinuos porque no hace un año que empecé a escribir este post sino que fue en los últimos días donde dije que tenía y  que merecía ( aunque me llevara mucho tiempo, dedicación y trabajo hacerlo) escribir uno.

Así que cuenta en algunos pocos días  diferentes situaciones, acontecimientos, anécdotas o simplemente cuenta en cada uno de ellos. Es un resumen no muy extenso, porque no me gusta ni me gustó hacerla larga, de lo que han sido estos doce meses de viaje.

Acá me quedan muchas cosas por contar, que aparecerán en otros posts.

Día 1 : Recuerdos

 Mientras recuerdo  los momentos más fuertes de este viaje también escribo sobre otro. Me sumerjo en el silencio más preciado del sonido de un ventilador necesario. Estoy sola. Es como más me gusta estar. Disfrutando mi soledad y a mí misma. No he estado mucho tiempo así en este año de viaje y lo quiero cambiar.

Necesito tranquilidad, silencio y soledad, aunque sea por un momento, o días. Pero lo necesito. Estoy cansada de ir a la casa de... Me gustó. Pero ya necesito mi espacio. Mi lugar. Mi privacidad. Mi yo. No hablar si no quiero hacerlo. No saludar si no tengo ganas. No mirar si no lo deseo. No sonreír si no me sale.

Si tuviera que enumerar las camas, casas y lugares por donde he pasado y me han abierto las puertas no terminaría más o, al menos,  no hoy. Estoy agradecida por eso y a cada una de las personas que hicieron esto posible, algunos mejores que otros, con más ganas, mejor onda, mejor vibración o mayor química. Tengo  que agradecer también a aquellas personas con las cuales no me he sentido cómoda o no he pasado un buen momento porque me han hecho saber que no tengo que  ser como ellas. A elegir. A distinguir. A decir no. Tan necesarios.

Día 2: Aprendizaje

Hoy creo que he aprendido algunas cosas. Pero este aprendizaje es constante, incesante, ininterrumpido e infinito. Creo que no soy la misma de aquel 30 de julio de 2014 cuando decidí dejar mi país sin saber por cuantos días, meses o año (y aún no lo sé). No es mi primer viaje  sola pero sí es mi primer viaje largo, indefinido de fechas, destinos y por esta parte del continente.
Creo que es mucho más lo que tengo que aprender de lo que sé. La vida es una escuela constante sin fin donde viajar juega un rol fundamental en ese aprendizaje.

Tengo que aprender totalmente a decir adiós sin resentimiento  ni nostalgia; a que las mochilas no me pesen. Aunque no se aprende a no estar cansada pero sí a llevarlo de la mejor manera o, mejor aún, a llevar poco peso. Aprender también es otra cosa. Aprender es entender que algo sucede para mejor, aunque en ese momento no lo sepa. Aprender es saber que, aunque  sea gratis, y haya excepciones todo, todo, de algún modo u otro te pasa factura y no necesariamente se cobra con dinero.

Aprender es comprender que las cosas suceden de esa manera porque así tienen que suceder, que podemos elegir como actuar o responder ante eso que nos sucede pero no impedirlo o resistirse. Que eso no sirve de nada, es inútil.

Aprender es saber que el amor no se compra, ni se busca. Si no está nunca existirá. No crece, ni florece y menos se inventa. Se construye sólo si está. Que es muy difícil mantener una relación amorosa con alguien, y mucho más viajando.

Aprender es ser consciente que siempre, siempre, es estar mejor sola que mal acompañada.

Aprender es saber que la vida está hecha de momentos con los cuales es muy importante compartir esos momentos con la gente  que queremos y elegimos. Aprender es también saber que siempre nos vamos a encontrar con alguien que no buscamos o no quisimos encontrar pero es inevitable y sucede porque nos deja una enseñanza.

Aprender es saber que no se puede cambiar a las personas pero si podemos elegir como responder ante ellas. Que las expectativas altas no sirven. Siempre nos vamos a decepcionar. Que es  mejor no esperar nada de nadie ni de nada, sólo de nosotros mismos.

Que el miedo está en la mente. Que te pueden pasar cosas malas en el lugar menos pensado. Que estar expuesto a un riesgo puede ser en cualquier momento y en cualquier lugar. Que la mejor manera de estar con alguien es sentirse bien siendo una misma con esa persona. Que la felicidad no se busca, no está afuera, no está en lo material. Está dentro de una. En los momentos.

Que querer es poder. Y poder es hacer. Que actuar bien ante quien no actuó tan bien nos hace grandes y valerosas. Diferentes, conscientes de que no respondemos de la misma manera y de que la venganza es cosa de débiles y el olvido de grandes.

Día 3: "Algunos que"

Y la soledad vuelve a desaparecer. Y la lluvia cae y me quiero ir. Quiero volver a sentirme conmigo misma, aunque sea por un instante y ahora no es posible.

Tengo que aprender mucho, muchísimo. Que entender a alguien puede llevar mucho tiempo, incluso toda la vida. Y que me entiendan a mí el mismo tiempo. Que sentirme incomprendida, muchas veces, puede ser signo de partir, de dejar ir, de fluctuar, de desaparecer, de vivir otras cosas. De encontrarme conmigo misma y lejos de gente que no quiero.

Que las personas no son como deseamos que sean sino como son y por más que intentemos cambiar algo no va a ser posible si ellas no quieren. Que el no cambio en ellas es un indicio de un cambio en nuestras vidas. Que la decepción no se busca, llega sola o, inconscientemente, hasta la buscamos.

Que los cambios son buenos, aunque si son muchos cansan, siempre son buenos. Que la evolución es constante y la involución lo puede ser pero de nosotros depende no hacerlo.

Que cuando el cansancio mental y físico se juntan algo no bueno está por llegar. Que la salud es lo más importante que tenemos y que nos tenemos que cuidar a nosotros mismos, que sólo nos tenemos siempre a nosotros mismos.

Que muchas veces, aunque me sienta rara, me siento viva. Contenta de vivir lo que estoy haciendo, aunque siempre quiero más. Quiero paz,  quiero tranquilidad, quiero silencio. Quiero, quiero... Que no todo se puede hacer sin dinero, lamentablemente es necesario en muchos casos. Pero lo más importante sí se puede hacer y eso es lo que importa y que el dinero muchas veces es excusa para no hacer lo que nos ata.

Que no se necesita dinero para viajar. Que viajar y escribir al mismo tiempo son compatibles pero se requiere tiempo, ganas y voluntad y todo eso hay que buscarlo y, fundamentalmente, tenerlo. Que no es fácil vivir de lo que uno ama pero tampoco imposible.

Ahora estoy, otra vez, sola pero es momentáneo, ya mañana será otro lugar, otra cocina, otro baño, otra cama.

Montañas, volcanes, playas, lagunas, lagos, más playas y más playas. Selva, cerros, barro, ceniza, arena. Contar por donde pasé sería muy largo para un post.

¡Un año ya!( bueno, en el momento que estoy escribiendo esto faltan unos días) Increíble pero real. He conocido todo tipo de personas: generosas, hospitalarias, bondadosas, egoístas, introvertidas, engañadores, lindas, amables, simpáticas, antipáticas, astutas, abiertas, cerradas. Con algunas he pasado mejores momentos que con otros. Pero nunca me voy arrepentir de haberlas conocido porque de todas algo, poco o mucho, he aprendido.
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Día 4: ¿ Descanso? 

En el momento presente estoy haciendo un mini descanso de este viaje. Estoy en Tulum, una ciudad turística del caribe mexicano. Antes de venir, todo el mundo me decía que era "hippie", "bohemia", "común", que había muchos artesanos y mucha gente tocando la guitarra, entre tantos otros adjetivos.

Yo no encontré nada de eso. Una de las cosas que descubrís cuando viajás es que ningún lugar es como te lo comentaron o como te lo imaginabas. Siempre es distinto. Dependiendo de tus deseos, expectativas y lo que esperás de ese sitio, podés decepcionarte o sorprenderte. En mi caso, últimamente me pasa lo primero. No quiero decir que perdí la capacidad de sorprenderme pero sí que cada vez me cuesta más. A medida que vas conociendo más lugares es más difícil que algo te sorprenda.

En cambio, lo que  yo encontré en este lugar  fue una ciudad normal, ya sé que este adjetivo es muy amplio e impersonal, pero es una característica que le cuadra bien.  No vi, ni veo, hippies, ni artesanos ni gente tocando la guitarra por la calle. Lo que veo son turistas, muchos el fin de semana, y,claro,  gente local. También veo vendedores ambulantes y veo muchos restaurants y bares que cobran precios excesivos a los cuales no frecuento.





También encontré una Playa llena de sargazo, con olor feo, una vista poco agradable y poca gente ( aunque eso sí me gusta). Esta es la segunda vez que estoy en una misma ciudad, no la elegí por ser la más linda sino porque quería descansar por unos días, semanas, y no gastar. La última vez que estuve fue hace poco más de dos semanas.  En esta vuelta, sólo he ido un par de veces a  la playa en bici.





Otra cosa que encontré acá es gente que no cumple con la palabra. Hablar es muy fácil pero respetar lo que dicen eso ya no es tan fácil. Lo más feo es que no sólo ha sido en esta ciudad-pueblo sino también en otros lugares. Lo malo de esto es que no podés confiar. ¿ Será que todavía me falta aprender algo?



En fin, todo esto es parte de este año y de este último mes. Es parte de un constante aprendizaje, y no búsqueda. Es parte de decidir, de elegir y de perder otras opciones al mismo tiempo. Pero todo el tiempo estamos eligiendo y así es la vida. Porque elegí viajar por un tiempo y no estoy en mi país. Pero elegí ahora eso pero no me olvido de todo lo que sucede allá y a mi familia.

Día 5: Cambio de planes
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Ayer escribía eso y pensaba que iba a  quedarme un mes. Hoy, ya cambiaron los planes. Y no por mí. Si es algo que detesto es la gente que no cumple con su palabra. Por algo pasan las cosas...

Dice un refrán que: "Las experiencias buenas dan felicidad y las malas, experiencia". Eso es un re contra resumen de lo que me ha pasado en este año, básicamente.
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Día 6: ¿?
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He recorrido rutas:



Hice yoga por un día (y creo que todo tiene que ver con todo y más en el cuerpo):




He visto atardeceres:


Vi lagos:


Hice deportes nuevos:





Cociné ñoquis ( aunque no quedaron como comprados):


Hice dedo a caballo:


Vi animales salvajes:



Vi ruinas:


Vi lagunas:



Vi comida rara:


Probé una bebida diferente:

Hice dedo sola y acompañada en distintos vehículos:


Me transporté en teleférico:

Observé un juego de perros un tanto alterados: 

Fui a conciertos:
Hice un programa de radio: 

Viví unas semanas en una residencia: 




Estuve en la selva: 



Pasé fin de año con gente que no conocía:


Pero la felicidad no la encontré  ni la pude comprar  en una tienda:



  La encontré en momentos y por momentos. También pasé frío en los primeros meses de viaje y calor en estos últimos . Y aún lo sigo haciendo. Hambre: cuando estaba todo cerrado, lejos de algún lugar o no tenía nada en la heladera. Sed, en algunos casos. Incertidumbre ( varias veces) cuando no sabía que camino tomar o cual sería el próximo lugar. Rabia, bronca, impotencia y desolación cuando tres tipos en el medio de la nada me robaron. Angustia, tristeza y amargura cuando estuve en el hospital más de una vez y cuando también me enfermé en otras ocasiones.

 Aún siento incertidumbre, algunas veces, cuando no se qué voy a hacer en unos días o semanas. Por un lado me gusta pero por otro no. También lo siento porque pienso que puedo ayudar en mi país a mi familia si me necesitan.

Si tuviera que re contra hiper sintetizar:

Buenas:

Conocer lugares de diferentes colores, aspectos, países con climas diferentes: fríos, cálidos, muy cálidos; gente diferente ; probar comidas: saladas, sabrosas, deliciosas, agrias, amargas, feas, horrendas; olores raros; trabajo voluntario;  conocer culturas distintas.

Malas:

Robos; enfermedades,  decepción amorosa y de amistad


Todavía, al momento de hoy, me faltan muchas cosas por hacer. Lugares que ver, deportes que practicar, personas que conocer y muchas más cosas que aprender . Más allá de que es un viaje que estoy haciendo sola, nunca o casi nunca, excepto en el momento que hago dedo  o viajo  en un transporte, siempre estoy con alguien, aunque no quiera.

Más allá de todo, del apoyo de la gente cercana y no tan cercana, de la duda, y/o miedo y ayuda de la  familia, de las preguntas, incógnitas, incertidumbre de la gente menos conocida, estoy segura que cuando el instinto nos dice algo o  intenta decir algo, hay que hacerle caso. Si no lo escuchamos, no queremos hacerlo o no sabemos, al final siempre nos va a recordar que tendríamos que haberlo hecho. Que lo que sale natural, es real. Que lo que se piensa y se duda mucho es efímero, pasajero y superficial.



















¿Por qué trabajar juntos?



¿Por qué trabajar conmigo?


– Hablo y escribo en dos idiomas: Español e Inglés. También me comunico muy bien en Italiano.

– Dispongo de una amplia red de usuarios que me siguen diariamente

– Como viajera, tengo la posibilidad de conectarme a internet desde cualquier parte del mundo y trabajar con varios clientes.


Te comento que tengo los siguientes servicios: 


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Mi perfil y el de mis lectores:

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