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El peligro de viajar siendo mujer...y sola


¿ Viste cuando tenés tantas cosas o tantas sensaciones encontradas que parece como que vas a estallar por hablar o descargarte? Bueno, eso. Viajes, caminos, kilómetros, gente distinta todo el tiempo, lugares diferentes, camas diferentes, cocinas diferentes, puertas diferentes, ventanas diferentes, olores diferentes, voces diferentes.Tantas experiencias acumuladas cuestan compendiarlas en unas pocas líneas y más cuando hay varios sentimientos en el medio.


 Quizas llame la atencion el titulo porque siempre hablo de todo lo contrario, no es que haya cambiado de opinion ni mucho menos pero siempre existen los riesgos. En todas partes, en todos lados pero  viajando se esta mas expuesta.  Me cansa, me jode, me molesta, me pone nerviosa tener que escribir esto porque el mundo ya no es el que era.

Cuando una persona que recién conozco me cuenta que está casado hace 37 años y que tiene tres amigovias que conoció por internet y que una tiene quince años menos, otra la misma edad, y que está casada, y que la tercera le lleva trece años ahí, en ese momento, se me pasa el temor que leo en los diarios o en las redes sociales y pienso en lo interesante que sería contarlo.

Otro me comenta que tiene cuatro hijas, la más grande de 25 años y la más chica de seis meses y que luego de estar separado con su primera mujer la tuvieron en dos encuentros amorosos y a escondidas, estando con la esposa actual que lo perdonó en las dos oportunidades. Ahí en ese instante me gusta viajar sola.

No es lo mismo esperar ( haciendo dedo) diez, quince, veinte o treinta minutos sola que una o dos horas con alguien. Claro que no.

Cuando tengo que esperar a alguien para ir a dar una vuelta, ir a caminar a la montaña o para comprar algo para comer, pienso que viajar sola es una buena idea.

No cambio, y no creo que lo haga en algún momento, el riesgo, la aventura, la posibilidad del peligro por la compañía de alguien que me puede dar la idea de andar más segura.

No voy a negar que a veces no se siente una sensación de inseguridad, de amenaza, de estar cerca del peligro o de riesgo ( aunque esto pasa muy seguido en diversos lugares y no necesariamente viajando) ,pero sigo eligiendo independencia, libertad antes que dependencia.

El hecho de viajar sola no da o no tiene que dar la posibidad a otra persona, que en la mayoría de los casos es hombre, de hacer algo que la persona que viaja, en este caso yo, no tiene ganas. Esto parece más que obvio, y hasta ridículo, pero no lo es. Si no no existirían los casos de violación, secuestro y demás que se conocen.

Y ahora aclaro que en realidad nunca estoy sola. Cuando me encuentro con el chofer que me cuenta acerca de su familia; cuando voy a la casa de alguien como couch; cuando camino en la calle; voy a un hostel o cuando como. Nunca estoy sola. A veces conozco gente muy interesante, interesante y otras no tanto.

Pero la cuestión en este post pasa por otro lado. Muchas veces he oído una frase que encierra palabras de aliento, asombro, hasta de piedad y compasión al mismo tiempo.
"Que valiente sos para hacer dedo sola, yo no lo hago ni loca".  Quizás algo de verdad
exista detrás de estas palabras. Muchos se preguntarán por qué lo hago. La respuesta es más que una, y hasta sencilla.

 En primer lugar no implica inversión monetaria (aunque en este mismo momento puedo intuir que alguien pensará que a veces lo barato sale caro, y en algunos casos es verdad). En segundo lugar, conozco gente. En tercer lugar, me aburro de los colectivos y viajes largos porque son monótonos y, por último y  si no me olvido de algo,  se me hace más corto el trayecto porque no hay paradas interminables o entradas a pueblos a buscar gente y porque me cuentan historias increíbles, que no necesariamente tienen que ser ciertas pero si interesantes de contenido.

No te voy a negar que cansa. Sí, y mucho. Pero creo que en la  vida todo cansa. Todo lo que se haga en exceso, sin motivación y sin ganas. No estoy diciendo que es lo que me está pasando, sólo digo que hay cosas que cansan. Como cansa la rutina del día a día, cansa, por momentos, viajar todo el tiempo. Pero es un cansancio placentero porque hago lo que decidí hacer y porque lo elegí, no me puedo quejar, y si me canso paro.

Lamentablemente no vivimos en un mundo ideal, suponiendo ideal un planeta donde no existe el peligro ni la corrupción ni los tipos babosos ni la pobreza ni las drogas ni la lujuria ni los locos sexópatas o pajeros. La realidad es muy distinta y, se quiera o no, hay que aceptarla. ¿Pero que se puede hacer? ¿ Dejar de viajar por miedo a que pase algo? ¿Dejar de elegir independencia y soledad por ir "más segura" con alguien? ¿Renunciar al sueño de conocer culturas y gente diferente por estar más estable en un lugar? ¿Seguir en el mismo lugar de trabajo estresado e infeliz porque te da de comer y abandonar la idea de que podemos ser creativos y trabajar de diferentes cosas en el viaje?

No. Yo no quiero hacer ni elijo hacer eso. Elijo  viajar sola y la posibilidad de no depender de nadie ni de nada, con el riesgo que eso conlleva.