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Lo que nadie cuenta en los blogs de viaje....




Es el momento en que no sabes qué camino tomar. para donde ir. Hay una pequeña decisión que tenés que tomar pero no lo haces. Algo muy adentro te paraliza, te obceca, te tortura y no te hace decidir. ¿ Qué es? ¿ Por qué pasa eso? Hasta ahora no he encontrado respuestas pero sí puedo decir que probablemente es porque no esté del todo convencida a decidirme por eso. A no cometer el mismo error o no pasar por la misma situación.

Es muy común que nos cuenten que podemos hacer o no dejar de hacer en un lugar. Qué es lo más lindo, recomendable o no para ver. Tips sobre cómo llevar poco equipaje, como gastar poco, como comer con poco dinero y como ahorrar más.

Lo que no es tan común de ver son las sensaciones y sentimientos que tenemos cuando viajamos o cuando paramos por un momento. O las sensaciones que nos dejan el no decidir por un camino concreto en un determinado momento.

Entonces es cuando me paralizo y no decido. Hay gente que dice que a veces es mejor no actuar cuando no se sabe. Otra, que es mejor hacer que no hacer. Yo, ahora mismo no sé. Por eso me pongo a escribir y quiero que las cosas fluyan, como un río.

Antes de llegar a este lugar "soñado" me imaginé un mundo de paisajes, de sensaciones, de sabores, colores, música, gente. Sobre todo sus playas paradisíacas, comidas, fiestas, gente de todo el mundo hacían inducir que sería el lugar ideal.

Lo mejor siempre es estar en el lugar. No imaginar. Para confirmar o negar las expectativas.Pero la realidad siempre muestra la cara real de las cosas, valga la redundancia. Me he encontrado a lo largo de este viaje con lugares soñados que no había soñado antes y lugares impensadamente distintos, por no decir malos, de los que había creado en mi mundo interno.

No digo que este decepcionada completamente pero sí esperaba algo distinto. No sé exactamente qué esperaba. Quizás una ciudad más pintorezca o con más cosas que hacer. O gente más...más... interesante.

He leído algunas cosas sobre lugares. Lo que nadie cuenta es por lo que se pasa mientras viajamos. No hablo de lo lindo, maravilloso y espectacular que es viajar. porque eso es fácil, que por supuesto son muchos momentos y en repetidas ocasiones he mencionado en otros posts como en grandes momentos . Hablo de los momentos críticos.  Porque como todo en la vida, existen. Y me parece bueno contarlo.

. Porque todo en este mundo es blanco y negro, no existe lo lindo sin lo feo y viceversa y ya se que hay un dicho que dice que pasará lo que uno alimenta más. No estoy alimentando lo malo o las cosas malas. simplemente quiero dejar claro que cuando viajas no todo es perfecto ( así como no lo es cuando no viajás), que seamos consciente de eso.

Con esto no quiero desanimar a nadie a que deje de viajar ni mucho menos, al contrario. Mi carrera periodística hace que no quiera dejar escapar la verdad y trasmitirla, que la gente conozca los dos lados de una realidad, las dos caras de una misma moneda. Sin profundizar en ninguna de ella aunque ahora hable más de una.

El hecho es que siempre estamos decidiendo, aún cuando creemos que no lo hacemos. Porque el no hacer nada también es una decisión. ¿ A qué voy con esto? A que estar en un lugar o en otro es por equis motivo, por lo tanto es una decisión.

Y la confusión a veces se origina por no decidir o decidir estar en un lugar y no estar completamente contenta. ¿ Se puede estar totalmente feliz en un lugar por un período largo?

Lo difícil de contar es el trance que hay en el momento en que se toman o no  esas decisiones. No se porque no se cuenta, pero sí se que cuando se decide por algo se pierde otra cosa al mismo tiempo y creo que esa es la parte más compleja. Esto lleva a que hay muchas veces donde hay indecisión y dudas y en ese momento no se sabe cual es el camino a seguir o cual es el camino correcto.

Otra cosa que se siente es la sensación de desapego y apego al mismo tiempo. Desapego porque todo el tiempo estás diciendo adiós, porque no llegás a conocer a nadie en profundidad o tener un sentimiento más fuerte, aunque  hay muchas personas con las que sigo teniendo contacto a través de redes sociales y quedamos en vernos en algún momento. Apego, porque a veces sucede que, por alguna razón, no quiera irme de algún lugar.

No es menos común la sensación de sentirme "rara", sí rara porque el lugar no termina de gustarme o por el entorno o por el color de la pared o el frío de la gente que lo habita. Pero esto es normal cuando viajás. No se puede estar siempre feliz. Es muy conocido un dicho que reza que no hacemos el viaje sino que el viaje nos hace a nosotros.

A veces sentís  que das más de lo que recibís, más allá de las trilladas frases que hablan de dar y no esperar recibir sino que todo vuelve. Hablo más bien de cuando hacés un trabajo a cambio de un hospedaje. Ahí es cuando te replanteás el seguir o no seguir, el decidir si vale la pena invertir tu tiempo en eso, qué podés obtener con eso que estás haciendo y muchas preguntas más.

Si es algo que me molesta es la gente abusiva.Que aprovecha de tu tiempo y empatía. No porque seas generosa o atenta significa que estés disponible siempre. El tiempo y la confianza valen oro y hay gente que parece o no quiere entenderlo.

A veces te topás con gente simplemente que no tolerás, tenés nada de química, creen sabérselo todo, hablan mucho, critican más y ayudan menos.Ahora ya trato de evitarla. No volver a verla o si la veo, porque viven o trabajan  en el mismo lugar, trato de minimizar la situación. Aunque no es tan simple a veces.

Más allá de esto siempre voy a animar, alentar e incentivar a la gente para que viaje, porque para mí es una de las mejores cosas que podemos hacer y la escuela más completa. En otro post voy a contar toodas las ventajas de viajar.

Pero ahora es momento de otro cosa. Mi mente y mi cuerpo me piden otra cosa. A veces mi mente no entiende lo que pasa; otras, mi cuerpo sólo le dice que pare. Entonces ahí es cuando comienza el conflicto que, a veces, parece eterno.





   Aunque a veces es más complejo de encontrarla, siempre, la respuesta está en uno mismo. A veces tardamos más, a veces menos. Pero siempre hay que buscar adentro y no en otro lugar.



  A veces es una sensación tan inexplicable que es difícil de transmitir, de contar, de traducir porque a veces el desalineo es con el mundo que me rodea. Es momentáneo, no es eterno. Después recuerdo que nosotros hacemos y decidimos, en muchos casos, qué hacer y qué no hacer.


Nadie puede vivir nuestra ni vivir la vida de nadie más.





El secreto para avanzar es comenzar.

Y sí.




A veces es necesario hacer un descanso, parar, pensar, y después seguir. A veces, simplemente, es necesario escuchar y sentir la respuesta que viene de adentro. Y si no llega en el momento que queremos, porque normalmente es así,  a tener paciencia y esperar.





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