No se por donde empezar. Si por lo malo o por lo bueno. Si por lo más reciente o lo más antiguo. Si por la gente, la comida, la cultura, los olores, los colores, los sonidos, las...
Es un post dividido en varios ¿capítulos? Lo podría llamar así aunque son algo discontinuos porque no hace un año que empecé a escribir este post sino que fue en los últimos días donde dije que tenía y que merecía ( aunque me llevara mucho tiempo, dedicación y trabajo hacerlo) escribir uno.
Así que cuenta en algunos pocos días diferentes situaciones, acontecimientos, anécdotas o simplemente cuenta en cada uno de ellos. Es un resumen no muy extenso, porque no me gusta ni me gustó hacerla larga, de lo que han sido estos doce meses de viaje.
Acá me quedan muchas cosas por contar, que aparecerán en otros posts.
Día 1 : Recuerdos
Mientras recuerdo los momentos más fuertes de este viaje también escribo sobre otro. Me sumerjo en el silencio más preciado del sonido de un ventilador necesario. Estoy sola. Es como más me gusta estar. Disfrutando mi soledad y a mí misma. No he estado mucho tiempo así en este año de viaje y lo quiero cambiar.
Necesito tranquilidad, silencio y soledad, aunque sea por un momento, o días. Pero lo necesito. Estoy cansada de ir a la casa de... Me gustó. Pero ya necesito mi espacio. Mi lugar. Mi privacidad. Mi yo. No hablar si no quiero hacerlo. No saludar si no tengo ganas. No mirar si no lo deseo. No sonreír si no me sale.
Si tuviera que enumerar las camas, casas y lugares por donde he pasado y me han abierto las puertas no terminaría más o, al menos, no hoy. Estoy agradecida por eso y a cada una de las personas que hicieron esto posible, algunos mejores que otros, con más ganas, mejor onda, mejor vibración o mayor química. Tengo que agradecer también a aquellas personas con las cuales no me he sentido cómoda o no he pasado un buen momento porque me han hecho saber que no tengo que ser como ellas. A elegir. A distinguir. A decir no. Tan necesarios.
Día 2: Aprendizaje
Hoy creo que he aprendido algunas cosas. Pero este aprendizaje es constante, incesante, ininterrumpido e infinito. Creo que no soy la misma de aquel 30 de julio de 2014 cuando decidí dejar mi país sin saber por cuantos días, meses o año (y aún no lo sé). No es mi primer viaje sola pero sí es mi primer viaje largo, indefinido de fechas, destinos y por esta parte del continente.
Creo que es mucho más lo que tengo que aprender de lo que sé. La vida es una escuela constante sin fin donde viajar juega un rol fundamental en ese aprendizaje.
Tengo que aprender totalmente a decir adiós sin resentimiento ni nostalgia; a que las mochilas no me pesen. Aunque no se aprende a no estar cansada pero sí a llevarlo de la mejor manera o, mejor aún, a llevar poco peso. Aprender también es otra cosa. Aprender es entender que algo sucede para mejor, aunque en ese momento no lo sepa. Aprender es saber que, aunque sea gratis, y haya excepciones todo, todo, de algún modo u otro te pasa factura y no necesariamente se cobra con dinero.
Aprender es comprender que las cosas suceden de esa manera porque así tienen que suceder, que podemos elegir como actuar o responder ante eso que nos sucede pero no impedirlo o resistirse. Que eso no sirve de nada, es inútil.
Aprender es saber que el amor no se compra, ni se busca. Si no está nunca existirá. No crece, ni florece y menos se inventa. Se construye sólo si está. Que es muy difícil mantener una relación amorosa con alguien, y mucho más viajando.
Aprender es ser consciente que siempre, siempre, es estar mejor sola que mal acompañada.
Aprender es saber que la vida está hecha de momentos con los cuales es muy importante compartir esos momentos con la gente que queremos y elegimos. Aprender es también saber que siempre nos vamos a encontrar con alguien que no buscamos o no quisimos encontrar pero es inevitable y sucede porque nos deja una enseñanza.
Aprender es saber que no se puede cambiar a las personas pero si podemos elegir como responder ante ellas. Que las expectativas altas no sirven. Siempre nos vamos a decepcionar. Que es mejor no esperar nada de nadie ni de nada, sólo de nosotros mismos.
Que el miedo está en la mente. Que te pueden pasar cosas malas en el lugar menos pensado. Que estar expuesto a un riesgo puede ser en cualquier momento y en cualquier lugar. Que la mejor manera de estar con alguien es sentirse bien siendo una misma con esa persona. Que la felicidad no se busca, no está afuera, no está en lo material. Está dentro de una. En los momentos.
Que querer es poder. Y poder es hacer. Que actuar bien ante quien no actuó tan bien nos hace grandes y valerosas. Diferentes, conscientes de que no respondemos de la misma manera y de que la venganza es cosa de débiles y el olvido de grandes.
Día 3: "Algunos que"
Y la soledad vuelve a desaparecer. Y la lluvia cae y me quiero ir. Quiero volver a sentirme conmigo misma, aunque sea por un instante y ahora no es posible.
Tengo que aprender mucho, muchísimo. Que entender a alguien puede llevar mucho tiempo, incluso toda la vida. Y que me entiendan a mí el mismo tiempo. Que sentirme incomprendida, muchas veces, puede ser signo de partir, de dejar ir, de fluctuar, de desaparecer, de vivir otras cosas. De encontrarme conmigo misma y lejos de gente que no quiero.
Que las personas no son como deseamos que sean sino como son y por más que intentemos cambiar algo no va a ser posible si ellas no quieren. Que el no cambio en ellas es un indicio de un cambio en nuestras vidas. Que la decepción no se busca, llega sola o, inconscientemente, hasta la buscamos.
Que los cambios son buenos, aunque si son muchos cansan, siempre son buenos. Que la evolución es constante y la involución lo puede ser pero de nosotros depende no hacerlo.
Que cuando el cansancio mental y físico se juntan algo no bueno está por llegar. Que la salud es lo más importante que tenemos y que nos tenemos que cuidar a nosotros mismos, que sólo nos tenemos siempre a nosotros mismos.
Que muchas veces, aunque me sienta rara, me siento viva. Contenta de vivir lo que estoy haciendo, aunque siempre quiero más. Quiero paz, quiero tranquilidad, quiero silencio. Quiero, quiero... Que no todo se puede hacer sin dinero, lamentablemente es necesario en muchos casos. Pero lo más importante sí se puede hacer y eso es lo que importa y que el dinero muchas veces es excusa para no hacer lo que nos ata.
Que no se necesita dinero para viajar. Que viajar y escribir al mismo tiempo son compatibles pero se requiere tiempo, ganas y voluntad y todo eso hay que buscarlo y, fundamentalmente, tenerlo. Que no es fácil vivir de lo que uno ama pero tampoco imposible.
Ahora estoy, otra vez, sola pero es momentáneo, ya mañana será otro lugar, otra cocina, otro baño, otra cama.
Montañas, volcanes, playas, lagunas, lagos, más playas y más playas. Selva, cerros, barro, ceniza, arena. Contar por donde pasé sería muy largo para un post.
¡Un año ya!( bueno, en el momento que estoy escribiendo esto faltan unos días) Increíble pero real. He conocido todo tipo de personas: generosas, hospitalarias, bondadosas, egoístas, introvertidas, engañadores, lindas, amables, simpáticas, antipáticas, astutas, abiertas, cerradas. Con algunas he pasado mejores momentos que con otros. Pero nunca me voy arrepentir de haberlas conocido porque de todas algo, poco o mucho, he aprendido.
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Día 4: ¿ Descanso?
En el momento presente estoy haciendo un mini descanso de este viaje. Estoy en Tulum, una ciudad turística del caribe mexicano. Antes de venir, todo el mundo me decía que era "hippie", "bohemia", "común", que había muchos artesanos y mucha gente tocando la guitarra, entre tantos otros adjetivos.
Yo no encontré nada de eso. Una de las cosas que descubrís cuando viajás es que ningún lugar es como te lo comentaron o como te lo imaginabas. Siempre es distinto. Dependiendo de tus deseos, expectativas y lo que esperás de ese sitio, podés decepcionarte o sorprenderte. En mi caso, últimamente me pasa lo primero. No quiero decir que perdí la capacidad de sorprenderme pero sí que cada vez me cuesta más. A medida que vas conociendo más lugares es más difícil que algo te sorprenda.
En cambio, lo que yo encontré en este lugar fue una ciudad normal, ya sé que este adjetivo es muy amplio e impersonal, pero es una característica que le cuadra bien. No vi, ni veo, hippies, ni artesanos ni gente tocando la guitarra por la calle. Lo que veo son turistas, muchos el fin de semana, y,claro, gente local. También veo vendedores ambulantes y veo muchos restaurants y bares que cobran precios excesivos a los cuales no frecuento.
También encontré una
Playa llena de sargazo, con olor feo, una vista poco agradable y poca gente ( aunque eso sí me gusta). Esta es la segunda vez que estoy en una misma ciudad, no la elegí por ser la más linda sino porque quería descansar por unos días, semanas, y no gastar. La última vez que estuve fue hace poco más de dos semanas. En esta vuelta, sólo he ido un par de veces a la playa en bici.
Otra cosa que encontré acá es gente que no cumple con la palabra. Hablar es muy fácil pero respetar lo que dicen eso ya no es tan fácil. Lo más feo es que no sólo ha sido en esta ciudad-pueblo sino también en otros lugares. Lo malo de esto es que no podés confiar. ¿ Será que todavía me falta aprender algo?
En fin, todo esto es parte de este año y de este último mes. Es parte de un constante aprendizaje, y no búsqueda. Es parte de decidir, de elegir y de perder otras opciones al mismo tiempo. Pero todo el tiempo estamos eligiendo y así es la vida. Porque elegí viajar por un tiempo y no estoy en mi país. Pero elegí ahora eso pero no me olvido de todo lo que sucede allá y a mi familia.
Día 5: Cambio de planes
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Ayer escribía eso y pensaba que iba a quedarme un mes. Hoy, ya cambiaron los planes. Y no por mí. Si es algo que detesto es la gente que no cumple con su palabra. Por algo pasan las cosas...
Dice un refrán que: "Las experiencias buenas dan felicidad y las malas, experiencia". Eso es un re contra resumen de lo que me ha pasado en este año, básicamente.
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Día 6: ¿?
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He recorrido rutas:
Hice yoga por un día (y creo que todo tiene que ver con todo y más en el cuerpo):
He visto atardeceres:
Vi lagos:
Hice deportes nuevos:
Cociné ñoquis ( aunque no quedaron como comprados):
Hice dedo a caballo:
Vi animales salvajes:
Vi ruinas:
Vi lagunas:
Vi comida rara:
Probé una bebida diferente:
Hice dedo sola y acompañada en distintos vehículos:
Me transporté en teleférico:
Observé un juego de perros un tanto alterados:
Fui a conciertos:
Hice un programa de radio:
Viví unas semanas en una residencia:
Estuve en la selva:
Pasé fin de año con gente que no conocía:
Pero la felicidad no la encontré ni la pude comprar en una tienda:
La encontré en momentos y por momentos. También pasé frío en los primeros meses de viaje y calor en estos últimos . Y aún lo sigo haciendo. Hambre: cuando estaba todo cerrado, lejos de algún lugar o no tenía nada en la heladera. Sed, en algunos casos. Incertidumbre ( varias veces) cuando no sabía que camino tomar o cual sería el próximo lugar. Rabia, bronca, impotencia y desolación cuando tres tipos en el medio de la nada me robaron. Angustia, tristeza y amargura cuando estuve en el hospital más de una vez y cuando también me enfermé en otras ocasiones.
Aún siento incertidumbre, algunas veces, cuando no se qué voy a hacer en unos días o semanas. Por un lado me gusta pero por otro no. También lo siento porque pienso que puedo ayudar en mi país a mi familia si me necesitan.
Si tuviera que re contra hiper sintetizar:
Buenas:
Conocer lugares de diferentes colores, aspectos, países con climas diferentes: fríos, cálidos, muy cálidos; gente diferente ; probar comidas: saladas, sabrosas, deliciosas, agrias, amargas, feas, horrendas; olores raros; trabajo voluntario; conocer culturas distintas.
Malas:
Robos; enfermedades, decepción amorosa y de amistad
Todavía, al momento de hoy, me faltan muchas cosas por hacer. Lugares que ver, deportes que practicar, personas que conocer y muchas más cosas que aprender . Más allá de que es un viaje que estoy haciendo sola, nunca o casi nunca, excepto en el momento que hago dedo o viajo en un transporte, siempre estoy con alguien, aunque no quiera.
Más allá de todo, del apoyo de la gente cercana y no tan cercana, de la duda, y/o miedo y ayuda de la familia, de las preguntas, incógnitas, incertidumbre de la gente menos conocida, estoy segura que cuando el instinto nos dice algo o intenta decir algo, hay que hacerle caso. Si no lo escuchamos, no queremos hacerlo o no sabemos, al final siempre nos va a recordar que tendríamos que haberlo hecho. Que lo que sale natural, es real. Que lo que se piensa y se duda mucho es efímero, pasajero y superficial.