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Viajar y los malos días


No siempre existen los días buenos ni los días lindos. Viajando tampoco. Ayer fue uno de ellos. A veces pasa que no compatibilizas con alguien, que no coordinas, que las cosas no salen como querías o que se pierde una final. Esas cosas pasan y no están buenas.

No me puedo quejar, por otra parte, porque estoy haciendo lo que quiero, pero la perfección no existe. A veces te cansas de viajar, te cansas de cambiar de cama cada tres o cuatro días o simplemente de ver gente. Hay días que no querés ver a nadie o charlar con nadie. También hay días que querés paz o estar sola. Pero esas cosas a veces no suceden cuando viajas. Suceden muchas cosas buenas y lindas pero también de las otras.

Ayer, como decía, fue así. Esperaba ver el amanecer en una de las supuestas mejores playas mexicanas y,¿ Qué pasó? Estuvo nublado. A la noche llovió, hubo relámpagos y me mojé. No vi las estrellas ni tampoco pude disfrutar de la "paradisíaca" playa. Yo quería ver el agua cristalina y la arena blanca que veía en las fotos pero nada de eso ocurrió. Las algas hicieron notoria presencia, y lo hacen desde hace un tiempo, en el mar del Caribe. Esto impide apreciar la naturaleza tal como es.

Estas algas se llaman "sargazo"y provienen de la región conocida como Mar de los Sargazos, la cual es una concentración de algas de millones de kilómetros cuadrados de longitud, localizada en el Océano Atlántico, cerca de la península de Yucatán.

La explicación es que las corrientes marítimas desprenden enormes masas de alga y la dirigen al Caribe. Debido al cambio climático provocado por el calentamiento global, el fenómeno ha aumentado en intensidad y duración, provocando la acumulación diaria de sargazo en las playas, lo que le da un aspecto feo y ni qué decir del desagradable olor que emana al descomponerse. También sostienen que están adelantando un época de fuertes lluvias y vientos.

Así que los que no quieren decepcionarse mejor ni vengan. No es la época para las fotos con el agua cristalina. No, definitivamente no es la época.









Por otro lado, también las algas, dicen, son beneficiosas para la playa porque retienen la arena, es decir, frena las grandes oleadas que hacen que vaya desapareciendo la playa.

Viajando, y volviendo al principio,  también es normal que sientas que no sabés que haces en un determinado lugar, que sientas ganas de irte lejos, pero que, por algún raro motivo e inexplicable, no te vas cuando te tenés que ir. Es normal pero no me gusta sentirme rara cuando viajo. No me gusta sentirme incómoda. No me gusta sentirme de otro lado. Pero también pasa. Y me pasó ayer con el partido de la final de la Copa América y también me está pasando por momentos, sintiendo que no estoy en el lugar que tengo que estar o con la gente correcta.

Entonces ¿ Que hay que hacer en esos días? Si hay mar, como es el caso, contemplarlo, acostada, meterse, dejarse llevar como un río, fluir.  Si hay una clase de yudo y querías estar tranquila, como ayer, mirarla, aprender las patadas y tratar de relajarse. Aunque a veces no es tan simple porque somos humanos, hay cosas que nos molestan,actitudes,  pensamientos que se nos cruzan todo el tiempo, expectativas que siempre queremos cumplir y que muchas veces no se cumplen. Pero así es la vida. No existe el blanco sin el negro ni lo bueno sin lo malo. A veces, simplemente, hay que decidir. No estamos atados a la tierra, no tenemos raíces. Si no estamos cómodos ¿Para qué estar?

Los días lindos también existen, por supuesto y son muy lindos. Como esa vez que estaba de acompañante en la ruta y de pronto me preguntan: "¿ Quieres manejar?" y mi respuesta inmediatamente, y con sorpresa, fue afirmativa y terminé manejando en una autopista mexicana en una combi de una empresa desconocida con gente desconocida. Esas sorpresas me encantan, me hacen vivir de nuevo, ver las cosas de otra manera, sorprenderme, alegrarme, decir"pucha que vale la pena estar viva", compartir, soñar y disfrutar. Saber que estás en el lugar correcto en el momento adecuado.

Y cuando eso no pasa, simplemente, es mejor que el viento te despeine, respirar profundo, meditar por unos segundos, quedarte sola y decidir. Esa palabra que en algunas ocasiones no aplicamos porque al elegir siempre algo se pierde pero no nos damos cuenta que también ganamos.







2 comentarios:

  1. Me gusto por que fue informativo, hubo un trabajo de investigacion al parecer.
    las notas siempre cargan en gran parte con las emociones y las pasiones de su escritora, a veces es dificil entender o sentir lo mismo, menos si no se es mujer y mucho menos si no se esta viajando.

    pero, lo que yo entiendo, y lo que me dejan las notas a mi, es que voy a tener que encontrar el momento para hacer un viaje similar, eso me queda.

    "lo que me queda es el deseo".

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  2. Lo que quiero transmitir con el post es que no todo es color de rosa cuando viajás pero no por eso hay que dejar de hacerlo. Cuento las dos caras de una moneda. Y la idea también es informar y transmitir, desde mis sentimientos, momentos, que al fin y al cabo, es lo que importa.
    Gracias por leer y por tu opinión. Es muy válida.

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